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viernes, 31 de enero de 2014

LA CULTURA CLÁSICA Y LA SICOLOGÍA




Toda ciencia que se precie debe irremediablemente rendir homenaje a la cultura Clásica. Hoy en día no hay disciplina intelectual que no utilice la cultura clásica para su estudio, investigación o divulgación.

Y la Sicología no lo es menos cuando recurre a la cultura grecorromana para nominar o definir determinados trastornos conductuales, ya sean complejos o fobias. La mayoría de estas últimas tienen nombres griegos (Ablutofobia: Miedo a bañarse o lavarse. Agorafobia: Miedo a las multitudes o a lugares abiertos. Alectrofobia: Miedo a los pollos. Alodoxafobia: Miedo a emitir opiniones. Apeirofobia: Miedo al infinito. Aritmofobia: Miedo a los números. Aurofobia: Miedo al oro. Autofobia: Miedo a la soledad,…)

A continuación podéis leer sobre algunos complejos con nombres de personajes de la cultura griega o latina, algunos históricos, otros sacados de la mitología.



Complejo de Aquiles

Tendencia a ocultar la propia debilidad, la impotencia o la homosexualidad bajo la apariencia de invulnerabilidad o heroísmo. Aquiles, héroe del poema homérico "La Ilíada", fue sumergido por su madre en la laguna Estigia para lograr que su cuerpo quedara inmune a las heridas; sin embargo, el talón, por donde lo sujetaba su madre, no logró ser bañado por el agua mágica y permaneció vulnerable. El término fue utilizado por primera vez por el escritor francés Pierre Audiat.


Complejo de Agripina

Tiene el mismo significado que el complejo de Edipo, descrito por Freud. Sin embargo los psiquiatras belgas Sollier y Courbon reprocharon la denominación freudiana ya que el Edipo de la leyenda griega no sabía que cometía un incesto, pues desconocía el hecho de que su esposa, Yocasta, era en realidad su madre. Consideran más adecuado el término Complejo de Agripina, en razón de que la emperatriz romana de ese nombre trató de seducir a su hijo Nerón.


Complejo de Alejandro

Resentimiento del hijo contra el padre. Se cuenta que Alejandro Magno, al enterarse de los triunfos bélicos de su padre Filipo de Macedonia, excla con ira y desaliento: "Mi padre no me deja ya nada por conquistar". En este caso los psicoanalistas hablan de una "ofensa narcisista del yo". Federico el Grande sufría de este complejo y su biografía se corta en dos mitades: neurótica, mientras vivía su progenitor, y normalidad cuando ciñó la corona.


Complejo de Antígona

Fijación excesiva en la figura de la madre e incapacidad para aceptar las leyes de la vida y del amor. Según la mitología y la caracterización dramática de Sófocles, Antígona consagró su vida al cuidad de Yocasta y Edipo: sus padres.




Complejo de Aristóteles

Rebelión del hijo contra el padre, del discípulo contra el maestro. El nombre alude a la oposición que tuvo Aristóteles hacia su maestro Platón. El discípulo trata de destruir la obra de su iniciador para imponer la suya, nueva y propia. Alfred Adler modificó las doctrinas psicoanalíticas de su maestro Freud para imponer sus propias teorías. Reza un adagio antiguo:"El iniciado mata siempre a su iniciador".


Complejo de Creso

El nombre del último rey de Lidia (560-546 A.C.), el de las más fabulosas riquezas que recuerde la Historia, designa al complejo que se manifiesta por la squeda patológica de superioridad por medio del derroche del dinero, el mecenazgo y las propinas principescas.


Complejo de Dafne

Miedo de las jóvenes ante la sexualidad. Se le llama también "angustia de penetración". La ninfa Dafne, en la mitología griega, era perseguida por Apolo. En el momento en que el enamorado dios estaba a punto de alcanzarla, la ninfa se transformó en laurel.


Complejo de Edipo

Amor patológico del hijo por la madre. Según Freud, todo niño subconscientemente desea a su madre y odia a su padre. "El pequeño se da cuenta -escribe el psicoanalista - de que el padre le cierra el camino conducente hacia la madre; su identificación con el padre toma un matiz de hostilidad, debido a este mismo hecho, y acaba por confundirse con el deseo de sustituir al padre junto a la madre".

Esta situación surge entre el tercer y quinto año de la vida, y se resuelve en el sexto. Muchos no logran superar este conflicto psicoemotivo y canalizarlo en un amor normal. La no superación significa una grave perturbación evolutiva a una neurosis. El de edipo fue el primer complejo descubierto y descrito por Freud.

El nombre proviene de la mitología griega y la historia fue recreada por Sófocles en una tragedia.


Complejo de Electra

rmino propuesto por Jung para designar la contrapartida del Complejo de Edipo.

Fijación afectiva de la niña en la figura del padre. Según la leyenda griega, Electra, hija de Agamenón y Clitemnestra, vengó a su padre quien fuera asesinado por Egisto, amante de Clitemnestra.

Azuzó a su hermano Orestes para que diera muerte a su madre y a Egisto, asesinos del padre de ambos.


Complejo de Empédocles

El nombre corresponde a un filósofo griego del siglo V que se precipitó al cráter del volcán Etna para hacerse famoso por su suicidio. El complejo designa la compulsión




al suicidio por realzar el propio equilibrio autoestimativo quebrantado apareciendo como un "héroe" ante sí y los demás.


Complejo de Eróstrato

Según la leyenda, Eróstrato incendió el templo de Diana, en Éfeso, para pasar a la posteridad, ya que no tenía ningún mérito para conseguir fama. Forma peculiar el complejo de inferioridad de gran incidencia crimigena. No importan los medios con tal de distinguirse, sobresalir, que se hable de uno. Declaración frecuente en los cuarteles de policía :"Lo hice porque quería salir en los medios". Haebig, el asesino de la calle Dardignac, ejemplifica el complejo.


Complejo de Narciso

Narcisismo. Sobreestimación de sí mismo. Fase infantil del desarrollo caracterizada por el deseo de ser amado, con preferencia al deseo de amar. El narcisista no logra superar esta fase evolutiva, queda atrapado en el yo. En la elección del objeto amoroso escogerá siempre bajo la influencia inconsciente de la imagen que se tiene formada de su propio yo, buscando en él una especie de réplica de sí mismo. En la mitología griega, Narciso era un bello pastor que, al inclinarse sobre el agua de una fuente para beber, percibió su imagen y se enamoró de sí mismo.



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