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sábado, 27 de mayo de 2017

La caza del hombre



¿Existen las cacerías humanas? ¿Quién no ha escuchado alguna vez la leyenda urbana de que existen ricos que, por diversión, juegan con la vida de mendigos o prostitutas, sometiéndolos a un macabro juego del gato y el ratón?…
Pedro había trabajado como albañil desde los dieciséis años; ahora, con más de cuarenta, su cuerpo se había endurecido por el duro trabajo que llevaba casi treinta años desempeñando. Sus manos parecían de piedra y eran tan callosas que uno diría que se habían fundido con el cemento que había cargado durante años, miles de sacos que había trasladado sin la menor queja. Y es que Pedro era un trabajador incansable, un noble hombre que doblaba turnos y no dudaba en tener dos trabajos para sacar adelante a su familia.
Pero ni la excelente forma física que aún mantenía ni su inquebrantable espíritu de trabajo le servían de nada con la crisis actual. La burbuja inmobiliaria y la crisis del ladrillo habían reducido al mínimo los trabajos de albañilería, y, las pocas veces que surgía una nueva obra, preferían contratar a algún chico más joven, por lo que el pobre Pedro llevaba más de un año sin empleo ni paro (prestación por desempleo), y más de cuatro años sufriendo con la mayor dureza la crisis en la que estaba inmersa el país.

jueves, 11 de mayo de 2017

Sin cabos sueltos


Miro mi reflejo y veo mi imagen como cada vez en cada Episodio: con salpicaduras rojas en el rostro. Las manos ensangrentadas y tensas, la respiración agitada, la frente perlada por el sudor debido a algún esfuerzo realizado.

Es de madrugada, 3:45 a.m., y, como siempre, no recuerdo mucho de los minutos anteriores… o no quiero recordar. Es seguramente un mecanismo de defensa psicológico para evitar más daño a mi mente… lo cual es irónico; mi mente está sumamente dañada, lo sé.

martes, 9 de mayo de 2017

El juego de la llamada


Antes de que te explique las reglas del juego hay una serie de requisitos que es obligatorio cumplir. Primero, tienes que estar completamente solo en casa; si hay alguien más no sucederá nada. Segundo, debes realizarlo bien entrada la noche, más allá de las doce. Y, por último, tienes que asegurarte de tener dos teléfonos en casa. Estos dos teléfonos tienen que que ser de tu propiedad, no pueden ser de un amigo o de un familiar, y da igual si son teléfonos móviles o fijos siempre y cuando solo tú tengas control sobre ellos.