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miércoles, 26 de agosto de 2015

Ver los ojos de otra persona induce estados alterados de la conciencia

Sin recurrir a ningún tipo de sustancia, un psicólogo descubrió como inducir estados alterados de la conciencia en humanos. Todo lo que se tiene que hacer es mirar fijamente a los ojos de otra persona durante varios minutos. Esta tarea puede resultar en experiencias “extra corporales” y desencadenar monstruosas alucinaciones que se manifiestan en forma de rostros de familiares o incluso el mismo retrato del observador.


 Giovanni Caputo, de la Universidad de Urbino, fue responsable de ejecutar dicho experimento en Italia y para ello requirió a 40 adultos jóvenes, que fueron puestos en parejas. Una veintena de estos participantes se sentaron frente a frente en una habitación con poca iluminación, a un metro de distancia, y tuvieron que ver a los ojos de sus compañeros durante 10 minutos sin hacer pausas. La iluminación en la habitación era lo suficientemente clara como para que los voluntarios distinguieran fácilmente los rasgos faciales de su compañero, pero tan tenue como para disminuir su percepción general de los colores.

Un grupo de control con los otros 20 elementos colocados en parejas fueron invitados a sentarse de espaldas uno a otro y a observar fijamente una pared blanca durante 10 minutos en otra habitación mal iluminada.

Los investigadores indicaron a los voluntarios que el estudio tenía que ver con una “experiencia de meditación con los ojos abiertos”.

Alucinaciones.

Tras un periodo de diez minutos “encarados”, los voluntarios fueron invitados a rellenar cuestionarios donde se les indicaba que describieran sus experiencias durante y después del experimento. Una de las preguntas del cuestionario se enfocaba en los síntomas disociativos que pudieron haber experimentado los voluntarios, y otra sobre aquello que vieron en el rostro de su compañero.


 La disociación es un término aplicado en psicología para describir una serie de experiencias psicológicas que hacen a una persona sentirse separada de su entorno inmediato. Episodios como pérdida de la memoria, visualización de objetos en colores distorsionados o tener la sensación de que el mundo no es real pueden desencadenarse mediante el abuso de drogas como la ketamina, el alcohol y el LSD. Y ahora, mirar a los ojos de otra persona también forma parte de esta lista.

Haciendo una recapitulación de sus descubrimientos en la revista Psychiatry Research, Caputo dice que el grupo de los que estaban frente a frente obtuvieron puntuaciones más altas que el grupo de control en todos los cuestionarios, lo que sugiere que esto causó un efecto profundo en la percepción visual y el estado mental.


Desconectados de la realidad.

El las pruebas de estados disociativos, el grupo que veía a los ojos de su pareja ofreció calificaciones más fuertes en aquellos puntos relacionados con la intensidad de color reducida, sonidos que parecían más bajos o más altos de lo esperado, sensaciones de distracción y una percepción reducida en el transcurso del tiempo.

En porcentajes, un 90% del grupo que estaba frente a frente convergieron en que habían visto rasgos faciales deformados, un 75% afirmó que llegaron a ver un monstruo, 50% de ellos dijeron haber reconocido rasgos de su propio rostro en la pareja y un 15% dijo haber visto a algún familiar en el rostro que tenían al frente.


En un espejo.

Y no se trata del primer estudio de Caputo. En el año 2010, llevó a cabo un experimento similar con 50 voluntarios que se vieron a sí mismos en un espejo durante 10 minutos. En menos de un minuto, los voluntarios comenzaron a ver lo que Caputo llamó “ilusión del rostro extraño”.


Los participantes afirmaron presenciar enormes deformaciones en sus rostros, ver los rostros de sus padres vivos o muertos; ver caras arquetípicas como la de un niño, anciano o de un antepasado; rostros de animales, como un gato, cerdo o búho; e incluso hubo quien afirmó distinguir seres fantásticos y monstruosos.

Mientras que el grupo del estudio más reciente solo registro, en promedio, 2.45 puntos arriba del grupo de control en sus cuestionarios (empleando una escala de cinco puntos), Caputo dice que los efectos fueron más evidentes que los experimentados por sus voluntarios en 2010.


¿Qué clase de brujería es esta?

¿Por qué sucede esto? El estudio no llega a una respuesta concluyente, pero resulta probable que el efecto tenga que ver con algo conocido como adaptación neural, un término que hace referencia al proceso en que nuestras neuronas pueden retrasar e incluso detener sus respuestas frente una estimulación no variable.

Esto sucede cuando se mira a cualquier escena u objeto durante un periodo prologando de tiempo – la percepción comienza a desvanecerse hasta que se parpadea o cambia la escena, o mediante pequeños movimientos oculares involuntarios conocidos como microsacádicos.

Caputo pone en la mesa de debate la hipótesis de que estas alucinaciones, llamadas “apariciones de rostros extraños”, pueden ser una consecuencia de volver a la “realidad” tras inducirse un estado disociativo mediante la limitación de los estímulos sensoriales. Con información de BPS

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