Vestido como un mendigo, con paños sucios, harapos, unas sandalias rotas y un saco que utiliza para cargar sus pertenencias y las monedas que gana, todo lo que se ve de él son sus dedos al tocar su flauta.
Sin embargo lo que más caracteriza a este flautista son sus conductas extrañas: ladrarle a los perros, saludar a quienes lo evitan, hacer gestos extraños a los transeúntes o pegarse a sí mismo. Las melodías que interpreta son por lo general las mismas, monótonas, repetitivas y no tienen un ritmo definido. A veces se le ve caminar desde su lugar de trabajo hacia su hogar, ha sido visto en múltiples ocasiones en el sector de Recreo, por lo que es probable que resida ahí.
En general la reacción que causa es de misterio, muchos quieren saber quién es, a qué se dedica, cuántos años tiene o si necesita el dinero, pero en su anonimato yace el misterio.
La leyenda, incluso publicada por el diario LUN, dice que el hombre debajo de la máscara era padre de dos niños, un niño y una niña que solía tocar la flauta. Un día que padre e hijo llegaron a su hogar, la niña había sido brutalmente asesinada y el flautista, en su desesperación, se prendió fuego, lo que explicaría la razón de esconder su rostro y cuerpo. Su verdadero nombre, dicen, sería Eduardo Vega, aunque él mismo, se dice, se identificó como Isaac Vargas.
Además otra leyenda dice que si el flautista te señala mientras caminas serás víctima de una terrible maldición, entre otras variantes. “Si él te saluda”, cuenta otra versión de la leyenda, “te convertirás en su próxima víctima”...
La leyenda del flautista se extendió rápidamente desde Chile al resto del mundo de forma muy rápida. Según comentan, el flautista apareció de la noche a la mañana, aunque lo han visto a altas horas de la noche, paseando por calles desoladas junto a su perro,
Un indicativo de que su historia es solo es una leyenda es que el personaje debería tener las manos quemadas, además algunos comentan que han visto su rostro cuando se ha quitado su máscara para fumar un cigarrillo, y que es perfectamente normal, aunque resaltan sus rasgos de "loco". Sergio Muñoz, estudiante de quinto año de psicología en la PUCV, dijo sobre el tema que “me intriga, no me asusta. Me dijeron que estaba quemado, pero eso es un mito. De todas formas me gustaría saber si tiene un problema mental o sólo es un acto artístico”.
Aunque resulte evidente que (posiblemente) tiene algún problema mental y que no sabe tocar la flauta correctamente, las personas que han hablado con él dicen que no hace ningún mal a nadie, que solo se trata, como es más lógico, de alguien estrafalario que quiere ganar algo de dinero en las calles y sobre el que se ha montado una extraña y cruel leyenda.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario