Boletos para el Concierto
“Voy a molestarlo”, me dije una tarde.
Mis amigos y yo habíamos quedado en salir a pasear al Parque de las Leyendas, pero Max no iba a salir con nosotros porque ese día tenía una cita con Ángel, su enamoradito. Hasta ese entonces me había imaginado caminando junto a mis amigos en el parque, pero mis pensamientos cambiaron repentinamente al recordar que mientras yo iba a estar rodeado de naturaleza, Max y Ángel iban a estar a solas sin nadie que los molestara si yo no hacía nada.
Ángel no me agradaba, por eso quise molestarlo quitándole a Max el día de su cita. Lo mejor que se me había ocurrido fue tentar a mi amigo con unas entradas que había comprado con mis ahorros. No fueron nada baratas, por eso pensé que Max no me iba a rechazar y que tomaría la desición de plantar a su celoso enamorado.
—Compré dos entradas para El Festival de Rock, ¿Vamos?—propuse feliz.
— ¡Genial! Pero a Caramel no le gusta el tumulto, me sorprendes.
—Sí, pero pensé que sería divertido ir contigo.
—Ya, listo, vamos, pero primero llama a los chicos para que les digas. Recuerdo que ibas a salir con ellos al Parque de las Leyendas.
—Sí, pero decidí ir al festival de rock, además, las entradas no fueron fáciles de conseguir y me costaron mucho.
—Hoy iba a salir con Ángel —dijo caminado a hacia su velador donde estaba su celular—, pero no hay problema. Lo llamaré para decirle que saldremos otro día. Entenderá, estoy seguro.
No había sido nada difícil tentar a Max. Las entradas del festival relucían en mis manos como lo más preciado. Me senté muy feliz en su cama mientras Max marcaba el número del celular de Ángel.
—Ángel, adivina, Caramel consiguió entradas para el festival de rock.
—“En serio, eso es genial”
Pude escuchar. Una de las cosas que no me gustaba de su celular era que cuando estábamos en lugares donde no había ruidos, como su cuarto, se podía escuchar las chillonas voces de las tantas niñas con quienes había salido. En ese entonces me tocó escuchar la voz paciente y comprensiva de Ángel.
—Así que saldré con Caramel. Luego te cuento que tal estuvo.
En ese momento sentí una pausa en el otro lado. Había sido tan breve, muy imperceptible y dolorosa. El tono de voz que se lograba escuchar en el celular se volvió entrecortado, aunque trataba de sonar natural.
—“Esta bien. Otro día saldremos, así que diviértete.”
—Ok, lo haré—Max colgó su celular sin culpas.
Esa voz que había escuchada, tan quebrada y adolorida, la que se había tratado de ocultar tras un tono de voz alegre e entusiasta, me acuchilló profundamente en el pecho. Ángel debió odiarme por haberle robado su cita y quizá también debió sentir mucho dolor al saber que su día esperado se iba a convertir en el mio junto a Max, su enamorado.
—Por eso me agrada este niño. Nunca se hace problemas— dijo Max mientras yo me ahogaba en una culpa muy profunda.
Él caminó hacia la puerta para salir, pero yo no lo seguí. Mi plan había sido perfecto poco antes de esa llamada, pero ya no pude seguir porque me estaba comportando muy cruel. Ángel era el novio de mi mejor amigo Max a pesar de no agradarme, por eso no podía entrometerme en la relación que tenían. Mi piel comenzó a arder de frustración al saber que cada vez perdía derecho sobre Max.
—Tenlas—le dije extendiéndole mi mano con las entradas—ve con Ángel.
— ¿Qué?
—Que vayas con Ángel, porque no es correcto que lo plantes. El es tu novio y yo solo soy tu amigo. Sal con él, ve al festival de rock con Ángel y diviértete.
—El entendió, saldremos otro día. Ya te dije, él no se hace problemas.
—Ve con él por favor o sino las entradas se perderán. Yo tampoco quiero plantar a mis amigos. Ellos me esperan para ir juntos al parque. Sal con Ángel y me cuentas que tal estuvo el festival y yo te contaré como lo pasé en el parque junto con los chicos, ¿Bien?
Me estaba causando mucha lastima a mí mismo, porque pasé a ser quien comenzó a fingir la voz alegre, el cual consideré que me salía temblorosa y muy falsa.
—Se me hace tarde, los chicos me esperan—dije dejando las entradas sobre su velador. Salí de la habitación con una sonrisa de entusiasmo poco convincente para mí.
—Te pagaré las entradas, Caramel.
—No, que sea un regalo mío.
—Dije que te los pagaré, así que mejor ve con los chicos que se te está haciendo muy tarde. Te dejaran.
No le dije nada, solo Salí del cuarto, baje las escaleras, crucé la sala muy apresurado y abrí la puerta de golpe. No esperé encontrar a Ángel parado afuera de la casa de Max. Al verme se puso un poco nervioso. Él tenía el semblante decaído. Despues de un breve momento Max salió atrás de mí y también lo vio.
—Max, vine para acompañarlos hasta la entrada del festival de rock. Ahora no tengo nada que hacer, por eso pensé que sería una buena idea.
—Se me hace tarde, mejor voy —dije ignorándolo y dejándolos juntos al lado de la puerta.
Me sentí muy deprimido. Mi plan no había resultado, al contrario, había hecho que se volviera contra mí. Ya había tomado la decisión, dejar que ellos salieran juntos a un festival con mis entradas y no debía ni podía ir de regreso. Mientras me alejaba escuché la voz de Max decir a los lejos: “Dejemos los juegos y el cine por hoy, así que mejor vayamos a El Festival de Rock”.
Me dije que no iba a voltear, pero una fuerza inexplicable y perturbadora me obligó a mirar donde estaban. A pesar de resistirme no pude evitar desviar mi mirada hacia ellos. Ángel lo abrazaba y ocultaba su rostro en el pecho de Max. Casi pude jurar que estaba llorando mientras Max lo consolaba, pero no, no lloraba, porque al descubrir su rostro solo vi una sonrisa de alivio.
Ángel no me agradaba, pero era el novio de mi mejor amigo. Yo no tenía por qué entrometerme.
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