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jueves, 19 de septiembre de 2013

#274 -The Holder of Mourning / El Holder del Luto


En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier cementerio a donde puedas llegar. Una vez dentro, busca al custodio y dile: “Busco a The Holder of Mourning“. Asentirá, entendiendo completamente, y te llevará a una tumba, cavada recientemente. Un sauce llorón da sombra a la tumba, una pala apoyada contra ella. La tumba fresca parece no tener fondo, sin embargo, una segunda mirada revela su poca profundidad.

Prepárate para el descenso. Comprométete ahora, o levanta tus pies y corre hasta que el cementerio se pierda de vista. Continúa hasta mañana, cuando sea seguro descansar de nuevo. Nunca más vuelvas a ese cementerio, porque ya no serás bienvenido después de molestar a los muertos.

Da un paso dentro de la tumba, y recuéstate allí. El custodio tomará la pala y comenzará. La tierra húmeda comenzará a caer pesadamente, enterrándote en la oscuridad.

Mientras te rodeas de la negrura, sentirás la muerte acercándose, apagando tu vida. El dolor vendrá ahora, no cualquier dolor, sino el del pesar. Toda la agonizante pesadumbre sufrida en el mundo, y ahora la estás experimentando. Voces terribles, todas ellas gritando, lamentándose. Cada una de sus pérdidas fue diferente, pero todas sienten lo mismo. Pocos de los que han llegado a este punto han regresado.

Una vez la agonía te haya agitado, despertarás. La tumba se habrá ido, pero su recuerdo estará fresco. Ahora estás en una funeraria. Un velatorio se está llevando a cabo. Ve hacia el ataúd y muestra tus respetos. Asegúrate de mirar el rostro del cuerpo. Míralo.

El horror te acechaba, y ahora te ha encontrado. El cuerpo en el ataúd eres tú.

Mira a tu alrededor. Debería haber una cantidad abundante de personas, lamentándose por ti. Si no, el coro de voces regresará, llorando y lamentándose, y tú te lamentarás con ellos por toda la eternidad.

Pregunta a la gente allí: ¿Por qué llorar? Cuando todo esté dicho y hecho, sus rostros se amargarán y se retorcerán en la pena. El salón se desvanecerá en una mancha, dejándote sólo a ti y a la total oscuridad. La oscuridad se desvanecerá de nuevo, y estarás en el cementerio, bajo el sauce y al lado de tu tumba. A tu lado, habrá una figura arrodillada, vestida de luto.

Pregúntale: ¿Quién va a llorar cuando nos hayamos ido? Vagamente audible, susurrará: “Ellos no llorarán por nadie”. La figura bailará perdidamente, su túnica girará, pero nunca revelando lo que hay detrás. Pausará, y en un largo susurro, dirá: “Los muertos llorarán por los vivos”. La túnica se arremolinará, y los muertos gemirán. En un primer momento, el sonido persiste, sólo como un zumbido en el borde de la audición, entonces los gemidos se intensificarán, enojados y desgarrados. Llora por ellos, o comparte su dolor.

Despertarás sacudiéndote, ahogándote entre la tierra y luchando por respirar. Quítate la suciedad, y levántate de la tumba superficial. El custodio se ha ido, así como la figura y todo, excepto el dolor. Sobre ti estará el sauce llorón, alto como siempre. A tu lado se encuentra una urna. Tómala y ábrela. Los lamentos de los muertos se pueden escuchar en el interior, aunque débilmente.

Esta urna es el Objeto 274 de 538, un recordatorio de que ni siquiera los muertos están a salvo.

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