El número 13 tiene una mala reputación. Nadie quiere usarlo. No hay pisos 13 en los ascensores, a pesar de que todos sabemos que el 14 sigue siendo el 13 de igual forma se considera de mala suerte tener 13 invitados a una cena.
La razón inicial del temor al numero 13 viene de la Biblia y la historia de la Última Cena. En ella, Jesús se sienta a comer con los 12 apóstoles, haciendo que el total de comensales sean 13. Todos sabemos que la comida terminó mal para dos de los invitados y, por tanto el pobre número 13 fue maldecido para siempre.
(Hay otra teoría que se remonta a la historia de los dioses nórdicos, donde se cuenta una historia similar sobre 12 dioses que fueron invitados a cenar y tuvieron un encuentro contra Loki. Esto provocó una pelea que dejó a Baldur, el hijo favorito de Odín, muerto.)
El mal más infame de los 13 se produce cuando el calendario se alinea sobre un viernes 13. Los viernes han sido días de mala suerte notorios a lo largo de la historia. No sólo Cristo fue crucificado en un viernes, también fue en viernes el día en que Adán y Eva fueron echados del paraíso y el día en que sucedió el diluvio que acabo con todo sobre la tierra.
Gato negro cruzando tu camino.
Aunque los gatos han sido adorados durante años por muchos pueblos antiguos como los egipcios y sumerios que un gato negro se cruce en tu camino supone terribles consecuencias venideras.
La idea detrás de esto comenzó durante la caza de brujas. Se pensaba que las brujas eran capaces de comunicarse con ciertos animales y hacerlos cumplir sus órdenes. El gato era el principal y un gato negro era peor, ya que se dice estaban poseídos por el mismo Satanás. Por lo tanto ver un gato negro significa que el diablo te está mirando.
Abrir paraguas bajo techo.
Aunque algunas de estas supersticiones podrían considerarse un poco locas, algunas son realmente muy prácticas. En realidad, nunca se debe abrir un paraguas bajo techo y no porqué cause mala suerte, sino porque en serio se podría lastimar a alguien.
Existe la idea de que a partir de ahí vino la superstición. El paraguas mecánico de la era Victoriana en Inglaterra estaba echo de postes rígidos de acero, por lo que abrirlo bajo un techo podría causar serias lesiones a los presentes como cortaduras y la perdida de un ojo.
Podría ser el caso, pero el mito también va mucho antes con los antiguos egipcios, que también tenía paraguas, aunque en aquel entonces eran sombrillas, hechas para bloquear el sol en lugar de la lluvia. Si se abría uno en el interior, donde no había sol, era considerado un delito contra el dios del sol Ra, quien te maldecía por ello.
Espejos rotos.
Aunque todos sabemos que los espejos rotos son un dolor a la hora de limpiar, es la amenaza de una maldición por 7 años lo que nos hace tener cuidado de no romper alguno.
Algunas personas dicen que la creencia de romper un espejo y tener años de mala suerte viene de una época en que los espejos eran considerados artículos de lujo y el costo de reemplazar uno sería igual a 7 años del salario de un campesino. La superstición en realidad se remonta un poco más, a los romanos.
En la época romana existía un tipo especial de médico que era el parte médico y parte místico. Ellos utilizan espejos para adivinar la salud de sus pacientes. El médico podría llenar un plato de cristal con agua y espejos y ver el reflejo del paciente. Si por alguna razón, la reflexión era distorsionada el paciente se consideraba enfermo. Sin embargo, si el espejo se agrietaba durante el procedimiento, significaba que estaría muy enfermo durante 7 años, el tiempo que tardaba el cuerpo en regenerarse según las creencias romanas.
A pesar de que siempre es tentador, todo el mundo sabe que caminar debajo de una escalera es motivo de muy mala suerte. El origen de este mito proviene de fuentes diferentes.
Cuando una escalera se coloca contra la pared forma un triángulo, uno de los más sagrados símbolos de los egipcios. (Como se puede ver por sus pirámides.) La idea era que si uno caminaba por debajo de una escalera se rompía el símbolo y la ira de los dioses. Este concepto fue adoptado más tarde por los cristianos, pero en vez de triángulo, lo llamaron Santísima Trinidad. Las consecuencias sin embargo, son las mismas.
La gente creía en esto tan firmemente, que los prisioneros eran obligados a caminar por debajo de la escalera que conducía a la horca. Esto los asustaba más que el hecho de ser ejecutados.
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