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sábado, 22 de noviembre de 2014

Iza Wadlow (You can Dry my tears?)


Elizabeth y su padre, George , hace tiempo se habían mudado a un nuevo barrio, debido a problemas económicos, desde la trágica muerte de 
Sam, la madre de Elizabeth, la estabilidad de esta familia se había caído para abajo, su padre no ganaba el dinero suficiente para 
satisfacer todo lo que queria Elizabeth, y ella , se había convertido en una chica muy violenta, tenía solamente 5 años cuando 
todo pasó, en un viaje de cumpleaños, para la pequeña familia, eso era solo acto del pasado, pero nunca se pudo borrar de sus corazones, 
o eso era lo que la pobre niña creía. 
era lunes, el primer día de clases de Elizabeth, y mientras entraba al colegio repetía en voz baja: 

- mierda.... no quiero estár aca, me quiero ir.- 

mientras caminaba, ella estaba tan distraída que se olvidó por completo que debía llegar al aula, pero despertó de su nube cuando chocó contra un chico en la entrada 
del salón, ella estaba a punto de golpear a aquel chico cuando éste se levantó y reaccionó: 

-olle tranquilízate, perdón, es que no me fije por donde iba, ¿tu eres la chica nueva verdad?- 

ella quedó viéndolo por un segundo, era un chico de pelo corto color negro, y ojos verdes, ella contestó: 

-si, me llamo Elizabeth Perkins , perdón por querer golpearte, usualmente tengo 

ataques de furia, problemas familiares- 
dijo ella con un tono de vos algo nervioso. 

-se nota, me llamo Eithan ,un gusto en conocerte, la clase está ahi atrás, si quieres nos hablamos luego en la salida- 

Iza afirmó con la cabeza algo temerosa y entró a la clase. 
Al día siguiente, Iza se había levantado y se estaba preparando para ir al colegio, había conocido a Eithan y no se sentía tan sola en 
todas esas horrendas horas de estudio, rápidamente desayunó, saludo a su padre y fue corriendo a la escuela. Luego de entrar, les 
dieron la noticia de que tenían una hora libre afuera, ya que la profesora que tenían en esta hora había faltado al turno, felices por 
la noticia, Iza y Eithan se pusieron a charlar, cuando se cruzó por enfrente de ellos Cheryl, una chica de otro curso que le gustaba 
mucho estorbar a los más pequeños, ella tenía 15 años, un año más que Iza. 

-¿así que ahora andas con la chica nueva?, no me sorprende Eithan, siempre caes tan bajo- 

-no molestes Cheryl, ya tengo suficiente con que me robaste el dinero para el buffet- 

Iza, enojada, interrumpió y le contestó a Cheryl: 

-olle no le hables así, que solo porque tu no tengas vida social no significa que tengas que molestar a los que si tienen amigos.- 

Cheryl, se quedó pensando un minuto y luego contestó: 

-míra, no te agas la chica ruda conmigo, te juro que si te vuelvo a ver te las vas a pasar bien mal, ¿oíste pendeja?- 

enojada, Cheryl rapidamente se alejó del lugar,dejando tranquilos a Iza y Eithan. Luego, Iza se dió cuenta que estaba 
por terminar la hora, entonces aprovechó para ir al baño, ella dijo: 

- esperame un minuto Eithan- 

fue corriendo hacia el baño para no perder tanto tiempo, estaba por entrar cuando escuchó unas risas que provenían de un cuarto, que se encontraba al fondo de un 
pasillo detrás de los sanitarios, intrigada, Iza quiso saber de que se trataba, entonces con mucha confianza entró, sospechando que solamente 
se trataría del balcón de la escuela, pero se llevó una gran sorpresa, al ver que allí se encontraban Randy, Bob y Lesly, los amigos de Cheryl, junto con ella. 

- ¿que haces aqui? te dije que no te vuelvas a cruzar conmigo- 

Iza no sabía que responder, pero tratando de defenderse, dijo: 

- no fue intencionalmente, te aseguro que yo nunca quise cruzarme con esa cara denuevo- 

respondió ella con mucha confianza. Luego de escuchar eso, la banda se acercó a Iza, y comenzaron a regalarle fuertes patadas y puñetadas. 

- ¡ya basta! ¡porfavor! 

-JA!¿ya no te crees tan lista verdad? estúpida, seguro ni tu madre te quiere, por idiota. 

Luego de escuchar eso, Iza no pudo hacer otra cosa más que largarse a llorar en medio de las patadas y los puños, mientras acompañaban 
la escena con risas, e insultos, ella no podía hacer que paren las lágrimas, y lo único que se le ocurrió hacer fue tratar de defenderse, 
entonces le pegó una fuerte puñetada a randy, uno de los amigos de Cheryl, pero fue en bano: 

- Así que buscas ver nuestro lado malo...- 

La banda quedó en silencio un segundo, intercambiaron miradas y y de sus caras de formó una sonrisa macabra. 

-nosotros te ayudaremos a nunca volver a cometer ese error- rápidamente dos de ellos tomaron a Iza de brazos y piernas, para sostenerla, 
mientras Cheryl tomaba todas las botellas de alcohol del botiquín que allí se encontraba y empezaba a esparcir en Líquido por todo 
el cuarto, también comenzó a empapar a Iza con el alcohol, mientras hacía esto, algo de alcohol le cayó en los ojos, Iza no podía 
explicar el ardor que sentía, sus ojos eran un infierno, entre dolor y miedo dijo: 

- ¿¡que cojones estás haciendo!?¡ayúdenme! ¡no veo nada! ¡porfavor! 

Cheryl sacó de su bolsillo un paquete de cerillos, abrió la puerta y para que sus amigos salgan y rápidamente la cerró, trabando el cerrojo con la escoba, 
impidiendo que Iza saliera, entonces Cheryl se acercó por la ventana del cuarto y lanzó un cerillo prendido hacia el cuarto cubierto 
de el líquido diciendo: 

- ¡esto te va a enseñar a no meterte con nosotros idiota!- 

luego de decir esto, cerró la ventana de un fuerte golpe, enroscándole un alambre para evitar que Iza pueda pedir ayuda. El cuarto se 
estaba incendiando, Iza gritaba y pataleaba contra cualquier cosa que tenga al alcanze para que alguien la escuchara, pero no había caso, 
estaba todo cerrado, y ella aún tenía alcohol en los ojos, no podía ver lo que hacía 

- ¡ayuda! ¡porfavor! alguien ayudemé!- 

luego de estar por un tiempo gritando y pataleando, se rindió, se sentó a esperar 
que su fin llegara, pero algo cambió en ella, la ira la invadía. 
el fuego ya la había alcanzado, ella sentía su piel quemándose, sufría de dolor, sintió que ese era su fin, lo último que pudo ver 
fue la puerta del cuarto abriéndose alfin, pero no pudo reconocer los rostros de quiénes la habían sacado de allí. 
Despertó en el hospital , su cuerpo estaba totalmente vendado, junto con sus ojos, lo único que tenía libre eran algunas facciones 
del rostro, no sabía en donde estaba, ni quiénes la rodeaban, hasta que escuchó unas voces que eran imposibles de no reconocer: 

-alfin despertaste.. ¿como estas? 

-¿que pasó?¿porqué estoy aqui?- 

- Iza te estabas quemando, ¿que crees que te pasó? fue suerte que Cheryl y algunos de sus amigos fueron a avisarle al director que 
el cuarto donde te encontrabas se estaba incenciando, y entonces te pudieron sacar de allí.- 

Ella no podía creer lo que estaba escuchando, las mismas personas que casi la mataban, fingían averla salvado, eso no se iba a quedar así. 
En ese momento entró una enfermera, era tiempo de quitarle los vendajes principales, éstos eran los del rostro:
-esperemos lo mejor, quizá notes algunos cambios en las partes que hicieron talvéz más contacto con el fuego.-

lentamente con una tijera fue quitando cada uno de los papeles que rodeaba su cara. Al quitar el último vendaje ella sintió algo de 
ardor, pero no le hizo demasiado caso, vió que las caras de su padre y Eithan se sorprendieron: 

-bueno Iza no está tan mal, que suerte que no fue peor.- 

- porvafor pásenme un espejo- 

su padre tomó un espejo de mano que se encontraba en una estantería cerca y se lo pasó a Iza. 
al ver su rostro, ella de algún modo se pudo tranquilizar, el fuego no había hecho mucho efecto en su cara, tenía algunas partes rojas 
aún, pero eso estaba de más, el cambio arrepentino que descubrió, fue su cabello, su sedoso cabello castaño, estaba ahora totalmente 
chamuscado, el color castaño que ella proveía antes del suceso, era ahora un color marrón quemado, las únicas que habían resisitido 
fueron las puntas negras que se había teñido hace dos años, sus pupilas también habían tenido un pequeño cambio, las mismas antes 
eran grandes, de un color marrón brillante, ahora se habían contraído, el color marrón opaco que le había quedado ya ni se le notaba, 
lo único que se podía ver a travéz de sus ojos era oscuridad. 

-bueno.. no me quejo papá, no está tan mal.- 

El tiempo de visitas había acabado, era de tarde, su padre y Eithan ya se habían marchado e Iza estaba tratando de descansar, pero 
no lograba conciliar el sueño, la sed de venganza aún se adueñaba de ella, algo la había cambiado, no era la misma, ya no le importaba 
el dolor de las quemaduras, solamente quería vengarse, entonces llegó al acuerdo, cuando ya nadie rondaba el pasillo, se levantó de 
la camilla, tomó su mochila, que estaba colgada cerca de la puerta y aprovechando que la habían instalado en un primer piso, con 
mucho sigilo, escapó por la ventana. 
Estaba encaminada hacia su colegio, sabía que algunos de ellos aún estaban en el colegio, ya que tenían pos-hora escolar, dentro de su 
mochila llevaba un bidón de gasolina y un mechero, estaba muy segura de sus intenciones, para ella no había vuelta atrás. Estaba 
en las puertas del colegio, logró entrar metiendo la excusa de que ella venía por la pos-hora escolar, el portero la dejó pasar, al pasar 
rápidamente se desvió de camino, se dirigió hacia el sanitario de chicas, allí permaneció sentada esperando el momento. Cuando 
los alumnos de la pos-hora salieron a su descanzo, Iza de alertó, sabía que cheryl y sus amigos se juntaban siempre en el mismo lugar, 
como uno de sus lugares se había incendiado, ahora se juntaban en un despacho que había detrás de las aulas de los cursos mayores. 
Cheryl, Lesly, Randy y Bob estaban a carcajadas, sacándole el cuero a algúno de sus compañeros de clase, entre risas y estúpidas 
discuciones, una de las estanterías del despacho se había volcado, todos se llevaron un gran susto: 

-¡¿que cojónes fue eso?! ¿eso es gasolina?- 

éstos advirtieron que de entre todas las cosas tiradas había un bidón de gasolina con un gran tajón en el medio, y de él chorreaba el 
líquido que estaba esparcido por todo el despacho y algo de la ropa de los integrantes de la banda, asustados, se dirigían hacia la 
puerta para contarle al director sobre el extraño suceso, pero rápidamente la puerta se cerró de un golpe, éllos empujaban con 
desesperación pero no lograban salir, el candado estaba cerrado, de pronto, apareció Iza detrás de una pequeña ventanilla que estaba al lado 
de la puerta con un mechero encendido en la mano, y mientras se reía con una risa sicótica les dijo: 

-¡sorpresa!- 

con mucho solor y adrenalina en sus venas, lanzó el mechero encendido en medio de todas las cosas tiradas, éste hizo contacto con la 
gasolina y rápidamente se prendió, ella cerró la ventanilla con fuerza y luego dobló el cerrojo, velozmente salió corriendo, trepó al 
paredón y escapó. 
Iza no podía creer lo que había hecho, en ese momento su cordura se había desvanecido, hasta ella misma se tenía miedo, estaba muy a 
arrepentida, no quería saber nada de lo que había ocurrido, pero, no podía ocultar, que la venganza la satisfació demasiado. 
Luego de correr varias cuadras, llegó a su casa, observó por la ventana que su padre estaba haciendo una limpieza de la casa, antes 
de entrar, pensó una buena excusa para decirle a su padre, algo para explicarle cómo había escapado del hospital, después de unos 
minutos, aún desconfiada entró a su casa, al advertir que Iza estaba allí, su padre con un tono sorprendido y a la vez enojado dijo: 

-¡Iza! ¿que haces aqui? debes estar en el hospital, ¿como saliste?¿que hiciste?- 

ella fingió y dijo con un tono apenado: 

-papá perdonáme, no aguantaba más ese lugar, ya me sentía algo mejor, odiaba la comida que servían allí, perdóname, no te molestes 
conmigo ¡porfavor dejame quedarme aquí, no me agas volver!- 

su padre con algo de preocupación dudó, pero luego llegó a tomar una decisión: 

-está bien, pero te vas para arriba y te quedas en la cama, no te muevas de ahí ¿oíste?- 

Iza accedió, y fue hácia arriba, a la habitación de su padre, antes de acostarse se cambió de ropa, ya que algo de gasolina manchó la 
ropa que se puso luego de haberse quitado el camisón de hospital, un conjunto que tenía de repuesto siempre en la mochila, al cambiarse 
se puso una pupera a rayas negras y grises, un short negro que le llegaba hasta la cintura, unas medias negras de red hasta un poco 
más de la rodilla, y unas convers negras y blancas, esa era la ropa favorita de Iza ya que la hacía sentir cómoda y según ella combinaba 
a la perfección con sus distintivas puntas negras . Mientras estaba en el cuarto de su padre, lo que más hacía en vez 
de descansar era chusmear las cosas que tenía su padre, entre todas las cosas que tenía, encontró una caja que al parecer tenía 
documentos de cuando ella había nacido, entonces con algo de curiosidad abrió la caja y empezó a leer. Entre medio de fotos y documentos 
raros, había encontrado su certificado de nacimiento, pero en el sector donde debían escribir su nombre, figuraba: Elizabeth Wadlow, 
ella no entendía porque tenía otro apellido, rápidamente Iza bajó hacia la cocina, donde se encontraba su padre, buscando una explicación a 
esto: 

-¿papá que es esto?¿porque aquí tengo un apellido que no es el tuyo? que yo sepa este tampoco es el apellido de mamá, ¿que pasa?- 

su padre, quedó paralizado, no sabía que responder y entre tartamudeos contestó: 

- I....Iza yo no sé... creo que ya es hora de que te explique esto.- 

ella se estaba poniendo cada vez más nerviosa, y entre gritos contestó: 

-¡¿ papá de que estas hablando?! ¡¿que pasa?!- 

su padre, con algo de temor, le explicó: 

-la cosa es así Iza, no sé como te explico esto.... yo.... no soy... tu padre biológico, tu madre, en otros tiempos, 
era drogadicta y bebía, un día se emborrachó y quedó embarazada de un amigo de ella, Roberth Wadlow, era también mi amigo, 
cuando pasó eso nosotros estábamos ya juntos, siempre pensé que estaba embarazada de mí pero no lo fue, cuando me dijo la verdad, 
nos separamos, ella se sentió apenada y pretendía perderte pero yo la detuve, cuando naciste, no me presente al 
parto, pero si Roberth, luego de darte el apellido, a los días que naciste, éste se fué, dejando sola a tu madre, entonces ella concurrió 
a mi para ayudarla a criarlo, yo accedí, aún estabamos separados pero pretendíamos estar los dos a tu lado para que no vivas sin un 
padre en tus primeros años de vida, la cosa siguió así, hasta que cumpliste tus 5 años y tu madre falleció en ese viaje, entonces yo 
me quedé con tu custodia ya que tu madre me había dado los derechos, porfavor no pienses que te mentimos, lo lamento, queríamos 
protegerte yo te amo, Iza tu para mí eres una hija del corazón.- 

luego de oír esto, ella quedó paralizada, parecía que ni respiraba, parecía que su corazón se hubiera congelado, no hablaba, hasta que 
George, intentó abrazarla e Iza estalló: 


- ¡suéltame! ¡tu no eres mi papá, me mintieron todo este tiempo, esa hija de puta por la que estuve llorando estos 
malditos 8 años, ustedes eran lo único que tenía, no tenía amigos, luego la perdí y solo te tenía a tí,ahora no tengo nada! ¡hijo de puta! 
el amor no existe! mi vida es una mierda!- 

Iza perdió todo razonamiento, su cordura se desvaneció, ya no le importaba lo que sientan las otras personas, la locura se adueñó de 
ella, en ese mismo momento, tomó una botella de vino que había en una estantería e intentó partírsela en la cabeza a George, pero 
éste de suerte la pudo esquivar, fué corriendo hacia arriba lo más rápido posible,Iza lo perseguía con una cuchilla en la mano, George 
se dirigió al sótano, una vez allí quitó todas las cosas que había en un guardaropas viejo y se encerró dentro, tomó su celular y pidió 
ayuda a los policiales urgentemente. 

-comisaría general ¿que necesita?- 

-¡necesito ayuda porfavor es urgente, una joven me quiere asesinar dentro de mi casa!- 

-necesitamos saber su lugar de residencia- 

-Northdrich 7012- 

-ya estamos mandando unidades para allí, señor usted solamente quédese oculto, manténgame en línea por si necesita ayuda, yo 
estaré en el teléfono.- 

Estaba asustado, los minutos se hacían cada vez más largos encerrado allí, el miedo lo controlaba, no sabía que hacer más que esperar 
a los policiales y que detengan a Iza, el sentía que ya ni la conocía, esa no era la dulce niña que él cuidó por 14 años, mientras trataba 
de recapacitar, escuchó los ruidos de la puerta rechinante del sótano abrirse, su corazón se aceleró, y escuchó:

-¿dónde estás papá? venga que solo quiero darte un abrazo de cariño- 

Iza ya no hablaba, ahora gritaba, George tomó el teléfono y susurró a la policía que estaba tras el teléfono: 

-se está acercando, porfavor apúrese, se lo ruego- 

-usted no se preocupe, le aseguro que no le ocurrirá nada, solo manténgame en línea.- 

George estaba muy nervioso, al querer bajar el volumen de su celular éste se le resvaló de las manos, causando un agudo ruido, 
éste llamó la atención de Iza, se escuchaban sus pasos acercarse cada vez más a donde él se encontraba, hasta que la puerta del 
guardaropas se abrió de un tirón: 

-¡quedaste pillado hijo de perra!- 

Iza estaba a punto de apuñalar a George, hasta que dos policías entraron rápidamente y la empujaron hacía atrás, la tomaron entre 
los dos y con grandes esfuerzos pudieron tirarla en el suelo, pero ésta regalaba fuertes patadas y era muy difícil mantenerla quieta. 

-¡niña tranquilízate! no queremos hacerte daño, solamente quedate quieta! 

Iza comenzó a reirse denuevo con esa risa sicótica, mientras la arrastraban hacía la puerta principal. 

- JAJAJAJA! son todos unos estúpidos, así no me van a convencer, ¡MI VIDA ES UNA REBERENDA MIERDA! suéltenme! ¡maldito 
hijo de puta! George te voy a matar, lo juro! 

los policías estaban llevándose a Iza hacia la comisaría, y ella, a pesar de el problema en el que se había metido, 
seguía riendose con esa risa que solamente un loco mental podría tener. 
Al día siguiente, Iza estaba dentro de una celda, Luego de intentar llevarla hacia su cuarto, Iza casi le pega un tiro a un policía 
con su propia arma, entonces entre varios forceteos lograron ponerle unas esposas 
y meterla a su cuarto. Pasaron días y para Iza, las noches allí se le habían hecho interminables, pero parecía 
que no le molestaba, ya que se la pasaba cantando canciones infantiles, o simplemente, no hacía nada, se quedaba mirando el techo, 
con la mirada perdida, al observar esto, los jefes 
policiales llegaron al acuerdo que en su situación, a ella le vendría mejor ir a un loquero que estar entre las rejas, entonces al 
afirmar esto, entró un policía, la tomó de las esposas y se la llevaba hacia afuera: 

-¿adonde me llevan?¿que me quieren hacer?- 

-tranquila niña no te arán ningún daño- 

ella no había quedado muy contenta con la respuesta, cuando estaban ya saliendo de la comisaría Iza paró de un golpe, y le 
dijo al policía con una vos muy fingida: 

-señor, porfavor, no quiero ir, quiero volver con mi papá se lo ruego, tenga piedad por mí- 

éste negó con la cabeza e impaciente, empujó a Iza hacía el auto, pero ella puso el pie en el borde de la puerta, se corrió hacia atrás y le 
gritó: 

-¡le dije que no quiero ir!- 

rapidamente, Iza se quitó las esposas, que hace tiempo ya había logrado abrir, tiró al policía de una patada, tomó el arma que llevaba 
éste en el pantalón y comenzó a tirar una lluvia de balas hacia él, por el ruido, los agentes de la comisaría se habían alertado, entonces 
Iza se hechó a correr, antes de que pudieran atraparla denuevo. Luego de cruzar varias cuadras, Iza estaba ahora más tranquila, 
sin policiales a la vista, dicho esto, ella tenía planeado terminar lo que de alguna u otra forma había empezado. 
Era de noche y George estaba aún levantado, no podía quitarse a Iza de la cabeza, esas últimas palabras que dijo cuando se la llevaron: 

-George te voy a matar, lo juro! 

él estaba tranquilo porque sabía que no lograría hacer nada, ya que solo tenía 14 años, pero por otro lado, estaba preocupado, 
Iza parecía estar demasiado loca, luego de esa horrorosa escena, él no sabía si era solo una niña o una homicida. En ese instante, 
alguien tocó la puerta: 

-Que raro... ¿quién puede estar llamando a la puerta a esta hora?- 

intrigado, abrió la puerta, suponiendo que sería algún vendedor ambulante, pero, se llevó con una gran sorpresa: 

-Hola "papá", supongo que ya te has olvidado de mi, ¿verdad? quise volver, se me ha olvidado un pequeño detalle antes de despedirme...- 

George rápidamente intentó cerrar la puerta, para evitar que Iza intente locuras, pero fue tarde, ya había puesto medio cuerpo 
delante, ella entró y lo tomó fuerte del cuello contra la pared, dejándolo casi sin aire, él forceteaba pero, Iza, tenía mucha más 
fuerza y agilidad que él, ella riéndo y gritando repetía: 

- ¿así que creíste que te liberarías de mí papá? dejaste que me lleváran, no me protegiste, ¡tú me decías que nunca me dejarías 
sola! te diría que ojalá hubieras dejado que mamá me perdiese cuando estába embarazada, ¿pero sabes? vivir así es mucho mejor, 
tu no sabes lo que se siente, pero te voy a ayudar, si tanto la querías, te ayudaré a que te reencuentres con ella.- 

después de decir todo esto, Iza cerró con traba la puerta y todas las ventanas, luego, tomó una silla de madera que se encontraba en 
el comedor, se la partió en la nuca, y para acabar con todo, tomó una cadena que se encontraba en la parte trasera de 
la casa, y la ató con todas sus fuerzas al cuello de George, cortando por completo su respiración. Iza se sentía fuerte, se sentía especial, 
su risa sicótica se hizo mucho más exagerada, pero, aún no se sentía bien, aún tenía ese dolor en el corazón que le había 
quedado luego de descubrir que su vida había sido totalmente una farsa, ella no quería que cuando la gente la viera, notara la tristeza 
marcada en su rostro. Eithan se había alertado, él vivía cerca de la casa de Iza, y los gritos que de allí provenían lo habían despertado, 
sus padres estaban dormidos, sabía que si los despertaba ellos no lo dejarían ir a ver de que se trataban esos gritos, entonces en silencio 
abrió la puerta y partió hacia la casa de Iza. Él estaba preocupado, porque no había visto a Iza desde la última vez que fué a visitarla 
al hospital, y tenía miedo de que antes de que volviera, algo malo le hubiera pasado a su padre, ya que él no tenía la menor idea 
que Iza había escapado alguna ves del hospital. Estaba ya en la puerta de la casa de Iza, tenía miedo de entrar, pero le intrigaba saber 
que pasó, antes de salir de su casa había tomado su bate de béisbol, como precaución, éste apretó con fuerza su bate y con sigilo 
abrió la puerta, se aterrorizó, estaba todo completamente manchado de rojo, en las paredes, estaba escrito con sangre: ¡NADIE 
PUEDE SECAR MIS LÁGRIMAS!, todo estaba destrozado, los vidrios rotos, el cajón de utencilios estaba tirado, y los cubiertos 
desparramados por todo el suelo, asustado, tomó su bate con más fuerza aún, y gritó: 

-¡¿señor Perkins, está usted aquí?¡- 

desde arriba se escuchaban unas extrañas risas, Eithan soltó el objeto que tenía en la mano, y a cambio de ello tomó una tabla para 
carne de hierro, subió hacia arriba con lentitud, él buscaba al padre de Iza, pero no lo encontraba por ningún lado, lo único que 
podía encontrar en cada una de las habitaciones eran cosas rotas y manchas de sangre, la única habitación que le quedaba sin revisar 
era el baño, pero no quería entrar allí, ya que las extrañas risas se esuchaban cada ves más fuertes cuando se acercaba, pero no 
tuvo opcion, la intriga lo dominaba, se acercó, levantó la tabla de hierro que usaba como protección y con confianza, abrió la puerta, 
el miedo y el horror le recorrió todo el cuerpo, tiró la tabla al suelo, y quedó paralizado, el baño 
estaba lleno de sangre, las cortinas, manchadas, pero el centro de atención era Iza, se había 
tajado una sonrisa, de oreja a oreja, y se había cortado la parte inferior de los ojos, y sus lágrimas de dolor que sobresaltaban de sus 
mejillas ya no eran color agua, eran color rojo, y con su propia sangre, había escrito en el espejo: UNA SONRISA LO CAMBIA TODO, 
al ver esto, Eithan tartamudeando dijo: 

-Iza.... ¡¿que te hiciste!? ¡tu rostro!- 

-¿te gusta Eithan? ahora cuando vean mi rostro, no van a verme triste, solamente van a notar una gran sonrisa y lágrimas falsas, nunca 
más voy a llorar con lágrimas verdaderas, nunca más voy a estar triste.- 

-¡estás demente! ¡sicótica de mierda!- 

Iza lo miró fijamente, con esa macabra sonrisa tallada a mano. 

-no, tu eres el sicótico, ¿que no te das cuenta? todo se ve mejor si lo observas con una sonrisa, pero....y tú? tú puedes secar mis lágrimas?

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