Etiquetas

domingo, 18 de enero de 2015

Cuando el “Yo” se transforma en “Nosotros”


No se sabe exactamente el momento mágico en que “Yo” se transforma en “Nosotros”. Lo único que se tienen son hipótesis, algunas luces lanzadas en la oscuridad, algunos recuerdos del momento en que dos seres se convierten en uno solo. El tiempo que puede demorar para que el “Yo” se transforme en “Nosotros” es relativo. Y, además, no es algo que se tenga que esperar, simplemente dejar pasar.

Lo que se sabe es que, en un hermoso día de lluvia o de sol, en el primer o último día del año, se decide que, de aquel momento en adelante, la primera persona del singular deja de tener la máxima importancia en el mundo, dando lugar e importancia a la primera persona del plural. Así, nacen los planes y los sueños de una casa en el campo o en la ciudad, de tener los hijos que sean una mezcla perfecta de un amor imperfecto, de transformar lugares en recuerdos y casas en hogares para llenarlos de perros peludos y gatos traviesos.

El momento exacto, si pudiera ser filmado, iría precedido de una colorida explosión de mándalas, que emanan vibrantes de cada uno de nuestros sentidos. En una visión más simple, el preciso momento en que el amor surge con la fuerza que le da toda su fama. Sí, porqué el amor solo tiene sentido cuando es compartido. El amor por ti mismo te puede llevar muy lejos, pero el amor por el otro es lo que te hace eterno. El amor se encuentra en el anhelo de que sea para siempre, en el acto de plantar un árbol, de escribir un libro o de tener un hijo.

Hay más de siete mil millones de individuos en el mundo y nunca se sabe exactamente, incluso para aquellos que tratan con los astros y los oráculos, cuando la persona indicada aparecerá. Aquella persona con la temperatura indicada que contrasta con la tuya, con el olor que combina y se complementa con el tuyo, la persona con la que quieres vivir hasta el último día de tu vida y en todas tus vidas próximas.

Puedes encontrar a este individuo en una fiesta a la que no querías ir o en un sitio de relaciones, al que ni siquiera sabes por qué entraste. Lo importante es que todas las historias de amor son dignas de ser contadas. Y como existen historias de amor para aquellos que saben vivir. A los egoístas, a los ciegos para las cosas más simples del mundo, estas son menos accesible, pero no imposibles.

No existe receta, ingrediente secreto, simplemente el amor por el amor. Para recibir se necesita dar amor, como dice la antigua sabiduría. Y basta con dejar que el poder transformador del amor actué por su cuenta y, en un instante, el universo entero conspira a tu favor. Un amor desinteresado, capaz de ver un “Nosotros” en una maraña de “Yos” carentes de mucha atención.

No hay comentarios. :

Publicar un comentario