La lavanda tiene este efecto debido a sus propiedades calmantes, la hipótesis es apoyada por el hecho de que, desde un punto de vista anatómico, el nervio olfativo esta conectado con la corteza pre frontal medial, una región del cerebro que controla la forma en que confiamos en los otros. El equipo de científicos buscó averiguar si el estado de control cognitivo de una persona podría ser influenciado por ciertos aromas, conllevando a una mayor confianza interpersonal.
El control cognitivo permite la toma de decisiones y que nuestro comportamiento sea adaptable a ciertas circunstancias, dependiendo de las metas personales en ese momento. Es una función esencial que nos permita crear una estrategias para obtener los resultados deseados.
Para el estudio, emparejaron a 90 participantes y los hicieron jugar un juego de confianza dentro de tres cuartos distintos: uno aromatizado con lavanda, otro con olor a hierbabuena y el último sin ningún aroma artificial.
En el juego de confianza, una persona es dotada con una suma de dinero. Se les da la opción de quedarse con ese dinero y salir del juego o darle una parte de su ganancia a un extraño (el ‘depositario’), esperando que esa acción derive en una mayor ganancia. En el juego, el dinero que ha sido regalado se triplica, y los roles se invierten, el depositario tiene la opción de quedarse con el dinero o regresar el favor, compartiendo la riqueza. En el experimento, los participantes en el cuarto de lavanda repartieron más dinero que aquellos que se encontraban en los otros cuartos.
Los resultados, publicados en el diario Frontiers in Psychology, son los primeros en demostrar que el aroma puede tener un impacto en la csonfianza interpersonal. Esta observación podría tener implicaciones en una amplia gama de situaciones como en la cooperación, regateo, negociación, comportamiento del consumidor y el desempeño en trabajos de equipo.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario