Tenía las barandas de balcones y escalera trabajadas por las artesanas manos de algún herrero maestro; El apartamento era amplio y con muebles antiguos también, una cama con dosel, la bañera con patas de bronce….
Un día, después de dos años de vivir en aquella casa, descubrió que un armario de la cocina no coincidía en profundidad con el resto y decidió investigar, efectivamente… el armario tenía un doble fondo.
Saco algunos cacharros viejos, una lamparilla, un marco de fotos, un cepillo del pelo, un pañuelo finamente bordado…pensó que aquellas cosas estaban demasiado estropeadas para poder aprovecharse y las tiró, fue entonces cuando empezaron sus problemas.
Cuando se acostaba se encendían las luces de toda la casa, cuando cocinaba se apagaba el fogón y cuando ordenaba la ropa esta salía volando y se desparramaba por todo el salón, los grifos siempre goteaban y por la noche se escuchaba un leve lamento…
-¿Por qué……(pero no conseguía entender el resto de la frase)
Un día tendiendo la ropa, noto unas manos que le empujaban al vacío, mientras oía de nuevo esas palabras.
-¿Por qué…..
Gracias a las cuerdas del tendedero no cayó pero ya no se atrevía a salir al balcón.
Llamo a un sacerdote para que bendijera la casa, pero cuando el cura entro se puso blanco, empezó a vomitar y salió corriendo escaleras abajo gritándole a Juan que se dejara de tonterías.
Juan pensó que se estaba volviendo loco, no hacía más que oír los lamentos nocturnos y las palabras que susurraban en sus oídos
-¿Por qué…..
Un día los cristales empezaron a vibrar y los cuadros a caerse de las paredes, Juan salió aterrorizado de la casa y al bajar la escalera atropelladamente, tropezó y cayó por el hueco de la escalera….
Entonces, mientras caía oyó con toda claridad el resto de la pregunta.
-¿Por qué tiraste mis cosas?
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