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jueves, 19 de septiembre de 2013

#266 - The Holder of Rapture / El Holder del Arrebato


En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier iglesia demolida que puedas alcanzar. Lleva contigo el Objeto 262: La costilla del hombre del Edén, y camina dentro. Luego de dar algunos pasos, serás recibido por un pastor anciano vistiendo una túnica de monje antigua y una capucha. Preguntará si has venido a ver al Padre y arrepentirte por tus pecados. Dile sólo esto: “Estoy aquí por mi propia voluntad dada por Dios para ver a The Holder of Rapture“. Desde debajo de su capucha oirás un gruñido de descontento.

“Ah, ¿un Buscador?” preguntará, pero no respondas con palabras, sólo asiente, de lo contrario la próxima ves que parpadees te encontrarás en los páramos congelados de la Antártica. Luego que asientas, deslizará una mano hacia tu brazo y le llevará al altar. No deberás resistirte, pues será imposible que intentes detenerte.

Una vez en el altar, arrodíllate. El pastor se irá. Cuando esto pase, espera unos pocos momentos cautelosamente, luego levántate y mira a tu izquierda. No importa de qué religión sea la iglesia donde fuiste, verás una estatua de la Virgen María respaldada por un adornado vitral, moviéndose como si apuntara hacia algo. Cuidadosamente ve hacia ella, y sólo pisa las baldosas que tengan grietas sobre sí. Las baldosas enteras son trampas.

Una vez alcances a la estatua, mira hacia la dirección que está apuntando. Si hay una puerta allí, rápidamente vete de la iglesia, nada más que muerte te espera del otro lado del umbral de esa puerta. De otro modo, podrás ver ante ti un icono que representa al niño Jesús sentado en el regazo de María sosteniendo una mitra. Si miras de más cerca, te darás cuenta que la cruz en la mitra se puede mover, y detrás habrá un agujero. Introduce el Objeto allí. Un suave golpe sonará a través del santuario cuando la costilla alcance el fondo. Luego de eso, el Objeto regresará a tu bolsillo o donde lo hayas guardado.

Una puerta de vidrio opaca se revelará en el muro. Ábrela y baja los seiscientos sesenta y siete escalones que encontrarás. Mientras los bajas, deberás contar cada paso, pero oirás susurros desde tu mente diciéndote otros números. Si dejas que te confundan, regresarás al punto de partida, sólo para repetir el proceso hasta que éste te abrume o enloquezcas ante el cólera. Una vez alcances el fondo encontrarás una gran puerta abierta y una habitación vacía. El salón estará muy mal iluminado, y tendrás la sensación como si pudieras cortar el aire con un cuchillo. En este punto deberás sacar el Objeto 243: La Caja y Llave Azul de la Degeneración. Cierra los ojos y abre la caja, cuenta desde uno hasta el número que creas correcto, cierra la caja y abre los ojos. El salón estará ahora iluminado, los mármoles del piso y el techo brillarán.

Notarás que la única decoración en el salón es la pintura de la Capilla Sixtina adornando los muros en un círculo completo alrededor, con los dedos tocando una puerta de aspecto liso del otro lado. No te quedes parado mucho tiempo, y dirígete hacia la puerta, usando la llave del Objeto 243 para desbloquearla. Rápido, sólo tendrás tantos segundos como hayas contado para irte, pues cuando el tiempo acabe, te quedarás atrapado en esta habitación para siempre, mirando con nostalgia a la pintura.

Tan pronto como pases por la puerta, voltéate y cierra los ojos, cuenta hasta el mismo número otra vez, abre la caja y abre los ojos. El salón volverá a su estado inicial, oscura y extraña. Cierra la puerta y date la vuelta para mirar en dónde estás ahora. Deberías estar sobre los inmensos cementerios fuera de Jerusalén. Desde donde estás verás el Monte de los Olivos, Sin embargo, eso sólo va a ocupar parte de tu atención, pues es muy probable que también veas a los fantasmas caminando por el cementerio. Podrá haber cualquier número de éstos, pero allí estarán.

Luego de un rato, uno de los fantasmas se acercará a ti. Te preguntará: “¿Por qué has venido a través del tiempo a este lugar?” Responde con: “He venido a buscar al Holder del Arrebato“. El fantasma se alejará y dirá: “Debes ir a Gólgota y llevar contigo lo que los Judíos se llevaron a la tumba, pero es algo especial y está en este cementerio”. Espero que estés bien informado, porque no se te dirá qué es lo que necesitas tomar, ni por el fantasma ni por mí, aunque sabrás qué es cuando lo veas. Cuando lo encuentres podrás ir a Gólgota, el lugar donde Jesús fue crucificado.

Cuando llegues, verás el fantasma de un soldado centurión frente a tres cruces; la que está detrás de él adornada con un símbolo. Éste debería darte a conocer que no te encuentras ni en el pasado ni en el presente, es un tiempo sólo para sí mismo. El fantasma se acercará a ti, con lágrimas místicas cayendo por su rostro. “Cuando vi la forma en que Jesús murió, y los eventos que siguieron a su muerte, fui tocado por el miedo”, te dirá. “Nos repartimos sus vestiduras…”, dirá mientras levanta una hermosa túnica sin costura en su mano izquierda. “…Y lo apuñalamos con esta lanza”, murmurará mientras la levanta con su mano derecha.

“Es mi carga el soportar llevar estas reliquias hasta que un Buscador digno venga para aliviarme de ellas”. En este punto deberás mostrarle aquello que encontraste en el cementerio y dejarlo en el suelo frente a la cruz. El viento comenzará a soplar de una forma nunca experimentada por humanos. Una vez se detenga, regresarás fuera de la iglesia a donde fuiste, con la lanza y la túnica en tus manos.

La Lanza del Destino y la Túnica de Jesús son el Objeto 266 de 538.

Ya sea que creas o no, no importará cuando haya que enfrentar al destino. Ellos provocarán el Arrebato.

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