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jueves, 19 de diciembre de 2013

Maquinas de tortura - prt 1

La tortura es el acto de causar daño físico o psicológico intencionadamente a una persona o animal. 

Este daño se puede causar de varias formas. El daño físico mediante golpes, rotura de huesos, desgarros musculares, castración, aplastamiento, pinchazos, cortes, descargas eléctricas, desfiguración, quemaduras, aplicación de temperaturas extremas, ingestión de productos químicos o elementos cortantes, ahogamiento, violación, privación del sueño o posturas corporales incómodas.

El daño psicológico se puede realizar mediante la privación sensorial, el aislamiento, la humillación verbal o fisica (desnudez durante los interrogatorios), la manipulación de la información sobre el detenido o sus allegados, la mentira, la desorientación física y mental, o la simulación de torturas físicas o ejecuciones que contribuyan a la desmoralización.

En general, lo que se busca con la tortura psicológica es la ruptura de la autoestima y la resistencia moral del detenido, con el fin de que el interrogador acceda mas fácilmente a sus deseos, sean estos cuales sean. 

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EMPALAMIENTO

Una enorme estaca perforaba y atravesaba tu cuerpo de un extremo al otro, se solía perforar al sentenciado por el ano hasta que la estaca salía por la boca. 

Normalmente en este proceso se solía morir pero se daban casos en los que se sobrevivía al sufrimiento durante casi un día.

El empalamiento siempre se realizaba en público y solía dejar el cadáver a la intemperie para alimentar a los animales carroñeros y servir como escarmiento para el resto de la población.

Vlad el Impaler más conocido como Drácula, lo uso contra 20.000 y 300.000 personas. Se dice que disfrutaba de una comida mientras veía empalar a sus víctimas..





EL ESCAFISMO

El Escafismo es un método de tortura brutal que empleaban en el Imperio Persa para dar a sus prisioneros la muerte más dolorosa posible.

Consistía en meter a la víctima en un cajón de madera con cinco agujeros por los cuales ésta sacaba la cabeza y sus cuatro extremidades. En esta postura se le obligaba a comer y beber para que no muriera deshidratado o de inanición. Para beber se le daba miel disuelta con leche, para provocarle diarreas y se le untaban todas la partes visibles también con miel.

El siguiente paso era dejarlo al sol o bien flotando en una charca estancada. La miel atraía insectos a las partes que quedaban fuera y los excrementos producidos por la diarrea engendraban gusanos que lo devoraban por dentro.

Esta situación provocaba en el cuerpo del sentenciado un doble proceso de agusanamiento. El primero era provocado por los huevos que depositaban moscas y otros insectos en su rostro. El segundo era provocado por las heces que el condenado iba depositando en el interior de la artesa. Estas larvas y gusanos devoraban lentamente las entrañas del reo hasta su muerte.

Para la tortura durase cuanto más mejor se alimentaba e hidrataba al condenado que podía llegar a aguantar hasta 17 días.

Este suplicio también se ejecutaba metiendo al sentenciado dentro del vientre de un caballo u otro animal corpulento y dejando fuera las cinco partes del cuerpo mencionadas. De este modo, el procesado quedaba entregado a los horrores de una doble putrefacción, la del animal en cuestión y la suya propia.




EL TORO DE FALARIS

El toro de Galaris quizás sea uno de los dispositivos más originales.

Este instrumento fue diseñado para Falaris, el peor y más cruel de los tiranos que ha visto Sicilia, quien pidió que le diseñaran un nuevo y eficaz instrumento para poder acometer sus torturas y asesinatos.

El curioso artilugio, que diseñara Perilous el griego, consistía en un enorme toro de bronce puro, en cuyo interior se dejaba un espacio suficiente para que cupiera una persona.

El toro tenía una entrada que sólo podía abrirse desde fuera, así como unos orificios en la nariz y otros en los ojos de la imagen. En el interior del animal se colocaba a la víctima, y debajo del vientre del toro, se hacía una inmensa fogata que quemaba viva a la víctima.

Cuando el toro se calentaba y el color del bronce enrojecía comenzaba a salir humo por los orificios de la nariz, y un color rojo en los orificios de los ojos que le otorgaban a la escena un siniestro aura.

Se cuenta además, que los alaridos de la víctima en el interior del animal, servían de entretenimiento para quienes acudían a presenciar la condena, pues se asemejaba a los bramidos de un toro.

En algunos modelos, les ponían tubos colocados por el interior de la garganta de la figura, para lograr mejor sonido y más realismo en el mugido.

También algunos, disponían de salida de aire especial, para que el humo saliera mezclado con incienso o diferentes aromas y al parecer, era costumbre coger luego los huesos calcinados para hacerse pulseras o adornos.

Casualmente, se cree que el primero que probó la eficacia de esta máquina del horror fue su propio diseñador, Perilous




EL HOMBRE DE MIMBRE

El Hombre de Mimbre, es una de las máquinas de maldad basadas en el fuego más crueles.

Este antiguo sistema de tortura, fue otro de los aberrantes artefactos para causar la muerte por el fuego a los condenados de la Inquisición.

Se usaba cuando las víctimas a quemar eran muchas. La estructura era forrada con ramas inflamables y usaban árboles como soporte. Luego procedían a prender fuego y así los acusados, 20 o más personas, morían quemados en medio de espantosos sufrimientos, ante la expectación y a veces júbilo de los presentes.



LA CRUCIFIXIÓN

Es un método antiguo de ejecución, donde el condenado es atado o clavado en una cruz de madera o entre árboles o en una pared; y dejado allí hasta su muerte. 

Esta forma de ejecución fue ampliamente utilizada en la Roma Antigua y en las culturas vecinas del mediterráneo; métodos similares fueron inventados por el Imperio Persa.

La crucifixión raramente se utilizaba por razones simbólicas o rituales fuera de la cristiandad, era usualmente utilizada para exponer a la víctima a una muerte particularmente lenta, horrible y pública, utilizando todos los medios necesarios para su realización. Los métodos de crucifixión variaban considerablemente con el lugar y el tiempo donde se efectuaban.

El condenado tendría entonces que empujarse hacia los brazos para facilitar la respiración. . Los verdugos encargados de la ejecución podían romper las piernas de los condenados después de que estos estuvieran algún tiempo en la cruz para agilizar la muerte.

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