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jueves, 19 de diciembre de 2013

Maquinas de tortura - prt2


LA CUNA DE JUDAS

Este instrumento de tortura consistía en un asiento elevado con forma de pirámide de madera, con punta de acero, provocaba heridas en los testículos, escroto, la cavidad anal o vaginal provocando también daño por debajo del coxis. 

El prisionero una vez que era levantado se le soltaba de golpe para que cayese sobre la pirámide.
El inquisidor decidía la fuerza con la que el reo era soltado de forma lenta o de golpe.

Como supondrán, este instrumento violaba literalmente al condenado, estirando y rompiendo el orificio anal.

Esta maniobra se realizaba varias veces. Se utilizaba prácticamente para hacer confesar al condenado.



EL APLASTACABEZAS

Destinado a comprimir y reventar los huesos del cráneo. 

La barbilla de la víctima se coloca en la barra inferior y el casquete es empujado hacia abajo por el tornillo.

Primero se destrozan los alvéolos dentarios, después las mandíbulas, hasta que el cerebro se escurre por la cavidad de los ojos y entre los fragmentos del cráneo.

Esto aseguraba que el diablo saldría de la cabeza del acusado.


LA SIERRA

La sierra se aplicaba a menudo a homosexuales, aunque principalmente a hombres. En España la sierra era un medio de ejecución militar hasta el siglo XVIII. 

En Cataluña, durante la Guerra de la Independencia los guerrilleros catalanes sometieron a decenas de oficiales enemigos a la sierra. En la Alemania luterana la sierra esperaba a los cabecillas campesinos rebeldes, y en Francia a las brujas preñadas por Satanás.

La víctima era atada al revés, permitiendo que la sangre que se desvíe hacia el cerebro. Esto aseguraba que la víctima se mantuviera consiente durante el mayor tiempo posible, se frenaba la pérdida de sangre y para causar la máxima humillación eran colgados desnudos. La tortura podía durar varias horas.

Mientras que algunas víctimas eran cortados completamente en la mitad solo era como un gesto simbólico, la mayoría sólo se cortaban hasta su abdomen para prolongar el tiempo que tardaría en morir

En la ilustración son representados tres homosexuales sufriendo este suplicio.




EL DESGARRADOR DE SENOS

El desgarrador de senos es un instrumento de tortura con forma de tenaza acabado en cuatro afiladas puntas, utilizado ya durante el Imperio romano y posteriormente por la Inquisición en Europa.

La tortura consistía en aplicar las cuatro puntas estando al rojo vivo o frías sobre los senos, desgarrándolos.

Los lugares donde más uso se hizo, aunque en diferentes épocas, fueron algunas regiones de Francia y Alemania hasta el siglo XVIII.

Ya frias o incandescentes las cuatro puntas desgarraban hasta convertir en masas informes los senos de incontables mujeres condenadas por herejía, blasfemia, adulterio y muchos otros “actos libidinosos”, aborto provocado, magia blanca erótica y otros delitos.

Un “mordisco” con dientes al rojo vivo se aplicaba a uno de los pechos de las madres solteras, a menudo mientras sus criaturas se contorsionaban en el suelo salpicadas por la sangre materna.

El caso mas famoso es el de Ana Pappenheimer. Que luego de ser torturada con "la garrucha” (es una modalidad de tortura que consistía en atar las manos del condenado a la espalda, y tras esto, izarlo lentamente mediante una polea. Luego se le dejaba caer con violencia, pero sin que llegara a tocar el suelo. La maniobra solía significar la dislocación de las extremidades superiores del condenado.)

Ana fue despellejada y rasgadas sus carnes con tenazas candentes y al rojo vivo, a sus pechos se los cortaron, y una vez ensangrentados fueron dados por la fuerza a sus hijos, ya crecidos, en la boca.




Collar de puas 

provisto de pinchos en todos los lados. El instrumento de la fotografía pesa más de cinco kilos, se cerraba en el cuello de la víctima, y a menudo se convertía en un medio de ejecución: la erosión hasta el hueso de la carne del cuello, hombros y mandíbula, la progresiva gangrena, la infección febril y la erosión final de los huesos, sobre todo de las vértebras descarnadas conducen a una muerte segura, atroz y rápida. Aparte de esto, el collar presentaba la ventaja de economizar tiempo y dinero: su función es pasiva y no requiere el esfuerzo, ni por tanto el pago, de un verdugo; "trabaja" por sí mismo, día y noche, sin descanso, sin problemas y sin manutención. Por ésta razón todavía es usado por la policía en muchas partes, no sólo del Tercer Mundo. 

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