Etiquetas

jueves, 27 de junio de 2013

Voodoo por Mariana Isabel Cueto Zorola

Si te odiase, sufrirías mucho.
Aún más que lo usual,
iría aún más de lo creído.

Oh, que el cielo se apiade.
Seré yo tu condena, tú maldición.
Mis cadenas te colgaran.

Un remordimiento, una razón,
un circulo cíclico y vicioso.
Una tumba, un nombre.

Un despertar, un augurio de mal agüero.
Un deseo frio y silencioso como un filo,
despuntara cada hebra de tu ser.

Te seguirá, cosido a tu sombra.
Una justa y cruel tarea,
espera soñando que es mentira.

No es un acto de fe,
no es una coincidencia.
Mis manos permanecen limpias.

El tortuoso camino de pasiones
de aquellos malvados seres,
que me causaron tanto dolor y miseria.

No tengo remordimientos, solo un temblor
un momento fantástico, que nunca vi.
Una satisfacción indescriptible.

Sin embargo, solo un testigo soy,
ni en mis manos ni mi voz hay huellas.
Nada que realmente me vincule.



¡Oh, almas encadenadas, desesperadas;
recordar y llorar en mi venganza,
oh, que el cielo se apiade!

No hay comentarios. :

Publicar un comentario