Las luces se apagaban y el telón se abría, mostraba solo una enorme pantalla azul de metros y metros de tamaño, las luces se encendían nuevamente desde atrás de la pantalla, iluminándola así y mostrando el azul intenso… los aplausos daban paso al silencio… la función de las sombras comenzaba. Goyi veía a aquellos payasos actuar, se colocaban frente a las luces proyectando sus sombras sobre la pantalla azul; pero desde su precaria posición, Goyi no podía ver los payasos, solo sus sombras, tampoco podía ver al publico, las luces aun le daban de frente y le cegaban la visión.
Malabaristas, acróbatas, contorsionistas, había toda una variedad de artistas en aquellas sombras, cada uno con su talento y todos con su propio don, Goyi se deleitaba viéndolos, pero por muchas y diferentes razones, nunca podía conocerles, solo lo pensó un momento sin darle mas importancia. Cuando todos habían hecho su acto, una dama aparecía, su silueta esbelta y estética, cabello corto y ondulado muy al estilo elegantemente clásico. Goyi se quedaba siempre solo a la espera de este momento, aquella dama, tan extraña y en cierta manera, tan familiar, ella era quien intrigaba a Goyi, era a ella a quien siempre quiso conocer personalmente, pero nunca se atrevió…
Cuando aquella femenina silueta emergía, indicaba el final del espectáculo, cantaba en soprano, en triste tono soprano, se rumoraba que cuando aquella hermosa dama cantaba, los ángeles lloraban. Una nota tras otra, una estrofa tas otra Goyi no alejaba sus ojos de ella, de alguna manera, sentía como aquellas notas hacían remembranza dentro de su propio ser, parecía que cada palabra le era dirigida de manera personal llenándolo de vida como nada mas podía hacerlo.
El do mayor sonó, la función terminó, las luces bajaban atenuantes desapareciendo junto con la anfitriona, las sombras del circo se desvanecían, los payasos, malabaristas, contorsionistas, todos parecían acudir al triste llamado de aquella dama, incluso Goyi; aunque en realidad no sabía dónde ir, solo sabía que tenía que irse. Los integrantes del circo eran todos una familia, compañeros y amigos, pero ninguno de ellos se conocían en realidad y pocos lo sabían; tal como Goyi lo hacía, todos veían solo sus sombras proyectadas en aquella enorme pantalla azul, Goyi sabía que debía que retirarse a descansar, a prepararse para su próxima función, pero lo que no sabía, era que todos tenían ya 200 años de no existir, de no vivir, aquel canto tan triste, es lo que mantiene aun el circo, es lo que hace que sus sombras se muevan, la tristeza de esa dama de antaño, es en realidad la suma de todas las pena de los integrantes del circo, cuando ella canta, los ángeles escuchan las tragedias de todos los integrantes del circo, ella eligió cargar con ellas, solo para que ellos no las recuerden y sigan con su función en el circo de las sombras...
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