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viernes, 2 de agosto de 2013

¿Quién es Jeff the Killer?

Ya era de noche, mis padres y mi hermana mayor dormían y yo, como era costumbre, me conectaba a internet, exactamente a Facebook. La mayoría de las páginas publicaban creepys a esa hora. El más repetido y mi favorito era Jeff, Jeff the Killer. Lo conocía muy bien, lo leía tanto como lo dibujaba, lo estudiaba tanto como lo observaba. Aun así Jeff no me provocaba nada. Incluso algunas veces llegaba a creer que en verdad existía. Y si alguna vez me lo pillara cara a cara yo…
¡PUM!
Un gran ruido vino del primer piso, todo indicaba que venía de la cocina.. era el típico sonido cuando un vaso se quebraba.
Y para colmo nadie lo sintió, solo yo. Así que me armé de valor, tomé mi bate y una linterna y bajé. Inspeccioné todo el primer piso. Deduje que el vaso roto cayó por cuestión de equilibrio y tiempo.
Eran las cuatro y ya era hora de desconectarse. Subí a mi habitación en busca de paz. Dejé la linterna ya apagada en el velador, y el bate a un costado del escritorio el cual daba directo a la ventana. Miré a traves de ella.
No podía ser posible.
En un arbol estaban colgados los inertes cuerpos de mi familia.. pero su cara… su cara era la de Jeff. Estuve a punto de llorar a gritos pero un fuerte rayo iluminó la escena y a través del reflejo de la ventana lo vi a él, detrás mío. El verdadero Jeff, con su polerón blanco como la nieve pero sin embargo, su cuchillo con sangre chorreando la alfombra, no tenía tiempo.
Frenética y rápidamente tomé el bate y con un habilidoso giro le di en la cabeza al tipo de cara pálida. Cayó al suelo, con los ojos mirando a la nada, y la sonrisa tan grande como siempre. Le arrebaté su cuchillo ahora que podía y lo puse en su garganta.
Lo tenía al frente. Al asesino de mi familia y el personaje de terror que siempre de alguna forma admiré.
Algo pasaba.
Su cara.. oscurecía. Sus ojos se achicaban. Ya no había rastro de su sonrisa.. solo mi aterrorizada cara al ser sido nockeado… espera. ERA YO.
Corrí ansioso y preocupado al baño.. ya no era quien creía.
No.
Yo era Jeffla pálida cara, grandes ojos y extensa boca me observaban desde el espejo.
Pensé “¿Yo maté a mi familia?” Una larga y diabólica sonrisa se dibujó en mi rostro.
Lo disfruté.

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