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martes, 20 de agosto de 2013

-Sangre en sus miradas-


Su mirada frívola y diabólica, su sonrisa era extraña... en su mano colgaba algo, se acercó a mí, no dijo nada, solo sonreía, me percate que no era normal, vestía como un payaso; unas risas empezaron a oírse pero sabía que no estaban lejos, parecía salir de su monstruosa sonrisa, en su otra mano tenía un algo puntiagudo, las risas pasaron a ser un silencio tenebroso, solo veía su sombra alejarse, pero algo dentro de mí decía que no corriera, el miedo me traiciono, mis pies volaban por esa calle desolada, tratando de esquivar los postes, me sentía en una pesadilla…algo ataco mi espalda fue como un dolor débil, pero profundo…

Desperté, su cara estaba frente a mí, era… deforme: su piel estaba como quemada, y parecía reciente, pues sus llagas aún se llenaban de pus, no tenía su nariz completa, solo un orificio le ayudaba a respirar, dientes amarillos, y sus ojos negros convocaban al vació. Tenía agarrados mis brazos con sus manos, solo me observaba, el pus caía encima de mi cara, sentía impotencia pues tenía fuerza para retenerme, esa fuerza sobrehumana que sientes cuando un demonio te visita…me desmaye.

Mis brazos, todo mi cuerpo…no se movían. Sus ojos empezaron a desaguar el líquido de sus venas, esa misma sangre que cayó en mi cara, hizo que volteara, y me diera cuenta de lo horripilante a mí alrededor… cuerpos de mujeres jóvenes, algunas dormían en esas jaulas y otras colgaban descuartizadas en el techo húmedo. El miedo me invadió nuevamente, intente gritar, pero él me tapo la boca, todo era tan intenso tan horrible. Me arrastro por el suelo, mi cuerpo pasaba por toda esa plasma que estaba en ese suelo, y los golpes de los restos de los huesos por donde me llevaba, me introdujo a esa celda oscura como su propia mirada. Solo pasó un momento, y pude escuchar los gritos, que en mi interior sabía que ocurrirían…-gritos de dolor… de angustia-, esas mujeres que nunca había conocido y nunca llegaría conocer, pensé :-Algún día tendría que ser mi turno-, morir a manos de ese ser al que no conocía y que me infundía un temor sobrenatural.

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