Etiquetas

sábado, 6 de diciembre de 2014

Scarlett the killer


¿Alguna vez se han preguntado qué pasaría si la chica más linda y popular de la escuela, se convierte en una asesina hija de perra?

Era un lunes como cualquier otro. Yo estaba sentada en mi pupitre pintando mis uñas y hablando con mis amigas mientras los chicos del salón se me quedaban viendo, babeándose por mí. Y sinceramente, ¿cómo no hacerlo? Si tengo unos preciosos ojos marrones con una mirada que derretiría a cualquier cosa que sea hombre, un cuerpo que es más deseable que el de cualquier estrella porno, y un cabello rojo como la sangre que vuelve loco a cualquiera. Para resumir, yo soy, sencillamente, una diosa.

Nos habíamos quedado en el salón esperando a la profesora, cuando empiezo a escuchar unas tontas risitas de unas chicas que estaban sentadas detrás.
Parecía que hablaban de un chico. Oh por favor que no sea el puto de…

―Lo digo en serio chicas, Jeff es muy sexy, ¡Además del mejor asesino de todos!―.

― ¡Por favor! Jane es mucho mejor asesina que Jeff. Ella tendría que ser la única the killer―.

― ¡Jamás! Nina es mucho mejor que Jane por ser aprendiz de Jeff. Jane no le llega ni a los talones a Nina―.

Ya me lo temía. Las estúpidas fangirls del maldito estúpido de “Jeff the killer”. ¿Por qué Dios no les dio un cerebro y se dejan de joder con ese maricón?

― ¡Ay por favor! ¡¿Lo dicen en serio?! ―. Me volteé a verlas y ellas, más todos los del salón, se me quedaron viendo ―. No pueden ser tan retrasadas mentales como para creer que un estúpido cara deforme es lindo, mucho menos sexy. Ese Jeff es el peor y más estúpido asesino que hay, y Jane y Nina y todo the killer que exista son sólo unas pobres copias de mierda que sólo saben dar cáncer―. Varios se me quedaron viendo. Algunos riéndose y otros se quedaron callados esperando a ver si otro hablaba.

― ¡Estás loca! ¡Jeff es el mejor de todos! ―. Ya venía venir que una de estas ridículas hablara.

― ¿Por qué es el mejor?  ¿Sólo porque tiene la cara desfigurada y usa un cuchillito que no corta ni manteca? Jajaja no me hagan reír. ¡Háganse un favor malditas fracasadas y dejen de ser tan estúpidas para “amar” a una puta mala imitación del guasón! ¡Idiotas! ―. Dicho eso me di la vuelta al frente dando por terminado el espectáculo.

Todo el saló comenzó a reírseles en la cara a esas estúpidas y aplaudirme por todo lo que dije. Sinceramente esta clase de personas no las soporto, me dan ganas de matarlas. Es decir, ¿Amar a un deforme y llamarlo sexy? Hay que ser muy estúpido para eso.

Justo en ese momento llegó la profesora de Química, es una materia muy pesada para empezar el día. Mientras ella los ponía en orden a todos y comenzaba a escribir en la pizarra, yo me mandaba mensajes de texto con mis amigas hablando de qué haremos este fin de semana, si iremos a alguna fiesta y a qué chico guapo nos vamos a tranzar. Si lo admito, somos unas perras con algunas personas, pero aun así todos nos aman.

Justo cuando esperaba otro mensaje de una de ellas me llegó uno de un número que no tenía agendado, o sea que ese número no lo conocía de nadie. Abrí el mensaje para leerlo y no supe si reírme o sólo pensar en lo idiota del mensaje y del que lo escribió. “Por Dios santo, ¿quién escribió tal idiotez?” pensé. El mensaje decía lo siguiente: “¿Tú te crees mucho no es cierto princesa? Cometiste un grave error al abrir tu sucia boca de más. Ya verás lo que te ganarás. Ahora…GO TO SLEEP…” Yo sólo solté una risa intentando disimularla lo suficiente para que nadie me oyera. Me preguntaba quién sería tan idiota como para escribir semejante estupidez creyendo que me asustaría. A mí nada que tenga la apariencia de ese deforme podrá asustarme ni intimidarme, menos si son esas fracasadas que tiene por fans.

A la salida fui directo para mi casa, y ahí fue cuando al recordar ese mensaje solté una carcajada que me hacía ver como si fuera una loca ante los que pasaban cerca y me miraban como si se me hubiera zafado un tornillo. Lo mejor era olvidarlo y no darle tanta importancia a esta idiotez que sólo un mocoso entrando a la pubertad haría. Llegando a mi casa empecé a escuchar los ladridos de mi amado perro snoopy; si lo llamé así por el dibujo animado que veía de niña, pues tiene un parecido con él. Cuando entré este perro loco se me tiró encima logrando derribarme, ha crecido mucho, ya hasta me llega a la rodilla, en ese momento comienza a lamerme la cara y a ladrarme moviendo contento la cola. Mi amado perrito, él es el único que me hace sentir bienvenida a casa, y en ese momento llega mi madre, estaba pegada al marco de la puerta de la cocina, desarreglada y con una botella de vino, como siempre.

― ¿Cómo estuvo la escuela hoy niña? ―. Otra vez con ese sobrenombre, odio que me llame así. Sabe perfectamente que no soy una mocosa.

―Eso no te importa―. Le dediqué una fría mirada. Desearía haberme ido a vivir con mi padre, al menos él no vive chupando.

―Soy tu madre niña. No es raro que me interese por ti―. No pudo sonar más hipócrita.

― Como si te importara cómo me va en la escuela. Y no me llames niña. Detesto que me llames así. No eres nadie para llamarme así―. Empecé a subir las escaleras, hasta que la voz de ella me detuvo.

―Soy tu madre mocosa, a mí me debes de mostrar respeto. Es lo menos que podrías hacer por haberte dado la vida maldita malagradecida―. Soltó un pequeño hipo debido a la ebriedad que tenía y luego la escuché tomar otro ruidoso trago de la botella.

No lo soporté más. Me dí la vuelta encarándola y le dije cosas que hasta ahora no le dije en todo ese tiempo que llevo viviendo con ella.

― ¿Mostrarte respeto? ¿Por qué debería de hacerlo? Tú jamás me has mostrado respeto a mí. Nunca has mostrado interés en mí si no era para que hiciera algo por ti. ¡Si me querías para eso mejor me hubieras abortado!  ¡Es mejor estar muerta que ser hija de alguien tan desagradable y patética como tú! ―. Luego de eso me fui corriendo hacia mi cuarto con snoopy detrás.

Cerré fuertemente mi puerta, no hizo falta ponerle seguro ya que ella jamás entra porque como dije no se interesa ni se preocupa por mí. Odio con todo mi ser a esa mujer, no la soporto. Odio que me mire como si no importara una mierda, odio esa hipocresía con la que me habla, odio su maldito aroma a vino, odio que la gente me compare con ella diciendo “Tu hija es igual a ti”, ¡Yo no soy como ella! Prefiero morir antes que parecerme a una mujer patética que vive emborrachándose y quitándole dinero a su ex esposo para seguir manteniéndose y que vive burlándose de él y de su hija. No sé en qué momento mis lágrimas se juntaron en mis ojos, como sea los cerré fuertemente. No me permitiré llorar por nada ni nadie que no valga la pena, si algo aprendí de mi padre es que no dejaré que nadie me haga sentir menos, ni  siquiera la que se hace llamar mi madre. En ese momento siento algo húmedo en mi mano. Cuando volteo a ver me encuentro con snoopy lamiéndome, “perro tonto” pensé, siempre sabía alegrarme. Lo tomé entre mis brazos y me acosté con él abrazándolo, pensé en dormir un rato, hasta la cena quizá (al fin y al cabo mi cena me la preparo yo misma a la hora que quiero) Espero y mañana sea un mejor día.

El Martes fue un día “no tan bueno” por decirlo de alguna manera. Cada vez que iba a mi casillero en los recesos aparecían notas “amenazadoras” y todas decían los mismo que decía el mensaje de texto de ayer, todas escritas con una horrenda caligrafía, “My eyes no lo soportarán más” pensé. El que las escribió intenta matarme según dice, ¿pero con qué? ¿De aburrimiento o con su mala ortografía? Ahora sé por qué se llama “ORTOGRAFÍA”, este tipo lo escribió todo con el ORTO. Pues que siga participando porque sus inútiles intentos de asustarme no le funcionan. Las tiré todas a la mierda. No iba a gastar mi precioso tiempo con esas tonterías.

Me quedé con mis chicas en un café cuando salimos de la escuela, aún estábamos hablando de qué hacer este viernes en la noches, si ir a una fiesta o hacer una nosotras, la segunda opción sonaba tentadora. En eso sugirieron hacerla en mi casa ya que era la más grande, y me preguntaron “¿Tu madre no se enojará si hacemos la fiesta ahí no?” “¿Tu madre estará en tu casa esa noche?”. Por supuesto ellas no saben nada de mi madre, sobre que es alcohólica y eso, pero ahora que sacaron el tema no, ni me preguntaría lo de la fiesta, excepto si quiere que le dé alcohol. Antes de que pudiera responder mi teléfono sonó librándome de esa situación tan incómoda, tomé mi teléfono para ver quién era, “Daniel” era el nombre que salía, ya recuerdo, es el chico con el que tuve una “sesión de besos” hace como una semana una noche que fuimos de fiesta. Le colgué, parece que no entiende el concepto de “cosa de una sola noche”. Esta era la 4 vez que me llamaba y a todas las ignoraba pues no tengo intenciones de buscar pareja ahora sólo disfrutar de mi soltería, y aunque me bese con cualquier chico no significa que me acueste con ellos, seré una perra pero no una puta barata como el resto de las chicas en la escuela.  Cuando me di cuenta estaba sola, pude ver a las chicas que se estaban yendo hacia quién sabe dónde. Se deben haber aburrido que las ignorara, me quedé metida mucho en mis pensamientos. De repente escucho una conversación muy similar a la de ayer.

―Jane no puede ser novia de Jeff, ¡él es mío! ―.

― ¡Claro que se aman tonta! Es obvio que se aman y sienten atracción el uno hacia el otro ―.

Y ahí vamos de nuevo. Otra vez dos pendejas fangirls de Jeff, pero ahora hablaban de la estupidez más grande que pude haber oído. Una lloriqueaba porque “su gran amor” amaba a otra, y su amiga se reía porque decía que el “JanexJeff” era lo mejor ¡Por Dios! No podía soportar tanta tontería. Me levanté de mi lugar y caminé hacia la mesa de al lado donde se encontraban ellas.

― ¿Acaso no pueden ser más idiotas? ¿Tienen mierda en la cabeza pendejas? ―. Las dos me miraban con caras de idiotas, veo que no captaron bien el mensaje.

― ¿De qué rayos estás hablando? Mejor quédate callada y vete, tú no entiendes de estas cosas―. Ay no, no acabas de mandarme a que me calle. No pienso tolerarte eso pendeja de mierda.

―Lo que entiendo  es que esa  mala imitación deforme del guasón tiene unas fans realmente estúpidas. ¿Cómo pueden creer que alguien que fue quemada viva pueda enamorarse del tipo que le cagó la vida? O sea “hellow!” eso jamás lo haría una persona lo suficientemente  inteligente, hasta un perro entendería. Además su amado Jeff no va a ir a sus casas a pedirles matrimonio par de estúpidas, lo que hará será torturarlas y violarlas para finalmente matarlas y deformarles el rostro como lo tiene él. Y una cosa más, Jane no es tan estúpida para enamorarse de un cosa deforme y horrenda como lo es Jeff, por eso es lesbiana, en cambio ustedes ni aunque se vistieran de putas lograrían que Jeff o cualquier otro hombre y ni siquiera un perro las viole para perder la virginidad malditas fracasadas―. Todos los que estaban cerca y se quedaron escuchando nuestra conversación las miraban muriéndose de risa, mientras que ellas dos me miraban con odio y sufriendo la humillación pública que les di.

A mí no me importó cuánto odio me dedicaran, saben que tengo razón en todo lo que dije, por lo tanto no me arrepiento de ni una sola palabra dicha.
Fui hacia mi mesa y tomé todas mis cosas para irme caminando hacia mi casa mientras; como siempre, varios chicos se detenían a verme.  Me podría conseguir un auto para no caminar pero siendo honesta me da risa la cara que ponen ellos cuando me ven pasar, tienen cara de perro contemplando un hueso. Aunque siendo honesta no los culpo, sé lo bella que estoy pero jamás pensé que causaría estas reacciones, en fin.

Cuando llegué a casa encontré una nota pegada en la puerta, ya me estaba imaginando de quién sería,  sí adiviné. Era otra nota de mi “acosador” que me prometía un dolor interminable y al parecer ahora sabe dónde vivo, tomé la nota y la leí: “Estás comenzando a tentar tu suerte mocosa. No sabes a lo que te enfrentas. Sigue así y tu dolor irá aumentando cuando te ponga mis manos encima. Go To Sleep…”. Otra vez ese sobrenombre. Arrugué con odio ese maldito papel y lo tiré a la basura, ¿Acaso el que me acosa no entiende que no le tengo miedo? No perderé mi tiempo con gente estúpida. Aunque decirles sus verdades a las fangirls es una excepción muy reconfortante y divertida.

Esta vez me fui directo a mi cuarto con snoopy siguiéndome como siempre, aprovecharé el tiempo sola sin mi madre que seguro estaba por ahí tomando de nuevo. Me pregunto por qué de repente mis chicas se fueron dejándome sola en el café, en fin ya mañana se los preguntaré.

Al día siguiente, el Miércoles, las personas estaban raras conmigo. Me miraban como si vieran a alguien que ha cometido un crimen horrible, como si quisieran clavarme un puñal por la espalda, hasta mis amigas me miraban y actuaban raro conmigo. Y las notas me seguían llegando, al igual que las llamadas de Daniel y la basura de madre que tengo no hace más que cagarme la existencia jodiéndome con no sé qué idioteces del dolor de cabeza que tiene “Te pasa por chupada” pensé, pero me ahorré el comentario. Me estoy empezando a cansar. Siento que en cualquier momento me volveré  loca. Y como si fuera poco la noche pasada mataron a un vecino, según las autoridades lo mataron mientras dormía y le deformaron el cuerpo y lo masacraron todo, y ahora han puesto un toque de queda hasta atrapar al asesino. Esto no podría ser peor.

El Jueves, ¡Dios! El Jueves me dieron ganas de hacer arder al mundo. Cuando abrí mi casillero me llené hasta los pies de las notas amenazadoras, TODAS del mismo imbécil rompe pelotas. Y estando en clases las pendejas subnormales no dejaban de hablar pavadas del maldito saco de harina de Jeff. También me mandó a llamar el directo, y me encuentro con él, mi profesora de literatura y un policía para darme la noticia de que mi madre murió en un accidente en el auto y en el transcurso chocó contra la reja de la entrada y atropelló a mi perro snoopy. La profesora me entregó la correa de snoopy que le dí cuando lo sacamos del refugio, justo al mismo tiempo que sentía que el mi mundo se iba desplomando hasta ya no quedar nada. Salí de la oficina del director en silencio con la cabeza gacha hasta mi salón, donde cabe mencionar que todos me miraban raro por mi actitud. “Mi pobre perrito… mi pobre snoopy” no lo soporté más, las lágrimas comenzaron a caer en silencio hasta caer en mi mesa. Algunos del salón notaron que lloraba pero logré disimular lo suficiente para no llamar la atención. Mi pobre perrito, Dios te llevaste a mi madre bien por ti, ¿pero por qué a snoopy?... ahora te odio más que nunca mamá.

Cuando volví a casa vi el desastre que esa maldita mujer dejó, y justo entre los arbustos encontré el cuerpo sin vida de mi querido amigo. No resistí más. El ardor de mi garganta se hizo más difícil de aguantar que exploté en un llanto que no tenía consuelo, ¿pero quién me iba a consolar por esto si el que siempre me acompañó para no llorar ahora está muerto? Seguí llorando un rato hasta que mis ojos ya no tenían lágrimas para derramar, me limpié la cara lo mejor posible y busqué una pala para hacerle una tumba en el jardín trasero, debajo del árbol donde nos sentábamos a tomar sombra y jugar. Coloqué su cuerpo envuelto en una cobija para que no pase frío, no sin antes darle un último beso a mi amigo, y lo empecé a cubrir de tierra, fue cuando nuevas lágrimas empezaron a caer en silencio por mis mejillas. Al terminar dejé la pala ahí tirada, entré a la casa y me encerré en mi cuarto, ni siquiera cené esa noche.

¡El Viernes no lo soporté más! Estaba muy alteada y molesta por lo del día anterior. Estaba destrozada por la muerte de mi querido snoopy y las malditas llamadas seguían y seguían.  Todos miraban mi mal aspecto con el cabello revuelto y poco arreglado, y las ojeras por no dormir  nada anoche, en vez de dormir seguí llorando mi valiosa pérdida. También murmuraban cosas sobre mí, no sé bien qué decían pero lo único que sé es que tenía que ver conmigo pero nada que ver con lo de ayer. Y estos idiotas retrasados fans de Jeff me tenían hasta las pelotas que no tengo, no paraban de decir alta sarta de estupideces mientras babeaban por unas fotos de él. Dios mi cerebro no soportará más, en cualquier momento explotará.

― ¡Amo a Jeff, es tan sexy! ―

―Es único y un personaje bastante original―.

“Dios por favor que paren, no lo podré aguantar por más tiempo…”
― ¡Es un Dios del sexo! ―

“Hasta aquí. ¡Ya no lo soporta ni un minuto más! ¡Estas estupideces tienen que terminar!”
Me levanté de mi asiento y caminé con pasos veloces y firmes hasta posicionarme frente a ellas, tirando todas sus cosas al suelo para llamar no sólo su atención, sino la de todos los que estaban ahí presentes y otros más que llegaron de curiosos.

― ¿Así que un “Dios” eh? Por favor, no podrían ser más patéticas para decir tales idioteces de un tarado como este―.

― ¡Cállate no sabes lo que dices! ¡Él es mejor que tú perra! ―

Me empezó a dar un tic nervioso en el ojo. No lo soporté. Agarré bruscamente una de las fotos que tenían de ese maldito deforme, y la rompí en miles de pedazos mientras ellas me miraban ofendidas y los demás se reían mal disimuladamente, a la vez que me miraba como si se me hubiera zafado un tornillo. La verdad poco me importaba, en ese momento estaba loca. Para rematar, me metí esos pedazos a la boca dejando a todos boquiabiertos, y cuando el sabor me empezó a asquear se los escupí en la cara a esas idiotas detonando la risa de todos los que se encontraban presentes. No sé si burlarme de ellas o de mí por actuar como una loca, pero no me importaba. En esos momento muy poco me importaba.

― ¡Eres una gran y maldita perra! ¡Maldita y reverenda hija de pu…!―. Justo antes de terminar, mi mano se estrelló contra su cara, provocando un sonido que dejó helados a todos. Ella se sostuvo la cara, dándose cuenta de que le comenzó a salir sangre de la comisura de los labios, hasta me miró con miedo, al igual que todos. Yo sólo me limité a mirarla de una manera fría y temible para darle a entender que ella no es nadie para hablarme así, hasta la hice temblar con mi tono al hablar.

―Y espero que aprendas…que a mí nadie me insulta…y que tu “Dios del sexo” sólo es un fenómeno deforme que bien puede besarme el trasero, y ustedes son sólo un montón de retrasadas subnormales que no hacen nada más que dar lástima―. Y con eso me di la vuelta y me marché, dejando a todos con la boca abierta y a uno que a otro asustado. Fue la primera vez que golpeé a una de esas chicas…y se sintió tan bien. Si no fuera porque sigo molesta hasta me estaría riendo.

Estaba empezando a anochecer así que comencé a caminar más rápido, me quedé mirando la calle. No había nadie a esas horas, usualmente suele haber algunas personas caminando de acá para allá a pesar de la hora, aunque era de noche no era tan tarde. Pero se escuchaba un silencio bastante raro, hasta diría aterrador, justo en ese momento me sobresalté cuando mi teléfono sonó de repente, lo tomé y me molesté al leer el número. De nuevo Daniel, ¿Por qué le di mi número maldición? Lo atendí molesta: 

― ¿Qué carajos quieres? No sé si te diste cuenta pero NO me interesa tener una relación contigo idiota, ¿acaso las indirectas que te di no te dieron una idea de eso?―. En ese momento sólo escuché una risa que me perturbó bastante, no puede ser el mismo chico que conocí esa noche.
―Jajaja…Así que… ¿Crees que soy el idiota con el que anduviste la otra noche no?...Temo decirte preciosa, que él pasó a mejor vida ya…―. En ese momento me llegó una foto que hizo que me retuerza del asco.

Era Daniel, estaba muerto. Su cuerpo estaba colgado de cabeza desnudo, con el estómago abierto y la cara desfigurada mientras los órganos colgaban de su cuerpo, todo en ese cuarto estaba lleno de sangre. Entonces él volvió a hablar.

―La siguiente eres tú muñeca…―. Volvió a reír, sin parar.

Yo le corté, bastante nerviosa por todo lo ocurrido. Miré a todos lados para ver si alguien se encontraba cerca de mí en esos momentos, estaba sola. Guardé mi teléfono y caminé algo deprisa, luego más rápido, más rápido, más rápido, hasta que en un momento me encontraba corriendo. No podía ser cierto. Ese tipo que me llamó seguro era alguien haciéndome una mala broma, y esa foto seguro era sacada de internet, o algo así. ¡No lo sé! Lo único que quería era llegar a salvo hasta mi casa y cerrar todas las puertas y ventanas con seguro.
Habiendo llegado a casa por fin, empecé a cerrar todo con seguro y a buscar algo con lo que pudiera defenderme, quizá sea un idiota haciéndome una broma, pero no pienso arriesgarme, menos ahora que es de noche.

No encontré nada útil, lo único que llegué a encontrar fueron unas simples cadenas con un candado que, aunque no se rompen no creo que me sirvan de mucho. Ya era demasiado tarde, cerca de las 12:00 am y yo no tenía ganas de salir a una fiesta como teníamos planeado, tampoco tenía con quién pues todos estaban raros conmigo. Así que opté por irme a dormir. Dejé las cadenas sobre la mesa de la cocina y me dirigí arriba a mi cuarto, me puse el pijama y me acosté en mi cama, ni siquiera me molesté en apagar la luz.
Al cabo de un rato me quedé dormida.

No sé qué pasaba pero no podía dormir tranquila, me sentía incómoda. Me removía por toda la cama pensando que quizá la posición no era cómoda, pero no era eso. Abrí los ojos y me fijé en mi reloj, “3:30 am”, no dormí casi nada. De repente caigo que estaban las luces apagadas. Que yo recuerde no las apagué las dejé encendidas, me senté en mi cama y me dispuse a prender la luz de nuevo ya que se me había quitado el sueño. Me acerqué al interruptor pero antes de siquiera tocarlo sentí todo mi cuerpo petrificado, ¿la razón? Sentí una respiración en mi cuello. Quería voltearme y ver qué mierda era pero la parálisis no me dejaba. Esperaba que fuera sólo una corriente de aire y que la luz se haya cortado y no fuera por culpa de cierta persona que me ha estado jodiendo esta semana. Fue en ese momento, cuando la sentí más cerca, era una respiración precisamente, estaba golpeando mi cuello, luego escuché una risa que me hizo desear agarrar lo que tuviera más cerca y romper todo lo que tuviera cerca con tal de salir corriendo. Encima de todo, esa risa yo la conocía, era del mismo sujeto que me llamó horas antes de llegar a casa. En ese momento sostiene mi cabello, olfateándolo, me paralicé peor, ¿por qué mierda este loco olía mi cabello? Sentí cómo lo olfateaba profundamente, como si estuviera inhalando alguna droga, luego lo corría poniéndolo sobre mi hombro y sentí su respiración mucho más cerca de mi cuello, yo no sabía qué hacer. Y cuando menos lo espero recibo un beso debajo de mi cuello que me puso los pelos de punta al sentir esos labios tan fríos sobre mí, al igual que una sensación de asco.

― Hola muñeca, ¿Me extrañaste?... jeje… ―. Me espanté, no aguanté ni un segundo más.

En ese momento me aparto de él pegándole un codazo en el estómago y salgo corriendo de mi cuarto lo más rápido que puedo. Justo cuando estaba a centímetros de la salida el maldito hijo de puta me jala del pelo hacia atrás tirándome al suelo dejándome a mí detrás y bloquearme la salida. Cerré los ojos fuertemente, el impacto del golpe y del tión de pelo realmente me dolió. Lo volví a escuchar, riéndose de mí, cuando levanté la mirada para verlo me llevé un gran susto al ver a tal espanto. Cara cortada, piel blanca, pelo quemado, ojos sin parpados, ¡Dios él no podía existir! Jeff no podía ser real…

Al ver mi expresión perpleja volvió a reír.

― ¿Te sorprende verme amor?... te dije que te haría pagar por todo lo que dijiste de mí muñeca. Ahora ven y déjame hacer mi trabajo. Mientras más rápido más rápido terminará para ti…aunque puede que mienta jajajaja―. Intentó agarrarme del brazo, pero obvio él no me conoce lo suficiente.
Me solté de su agarre, coloqué mis manos en el suelo y pegué un salto hacia atrás pegándole una patada en el mentón con mi talón empujándolo lo más lejos posible. No hice gimnasia durante 4 años para nada.

Él cayó al suelo, se levantó lo más rápido posible algo aturdido por mi patada. Me miró y su sonrisa deforme se ensanchó, lo cual me provocó asco por su apariencia.

―Ja, parece que la niña sabe trucos―. ¿Me acaba de decir “niña”? ¡Esto ya es el colmo!

― ¡La puta que te parió maldito adefesio desfigurado cara de ojete! ¡Yo no soy ninguna niña! ¡Tengo 18 años la puta que los reparió a todos! ―. No lo soporté más, corrí hacia la cocina intentando escapar por la puerta que daba al jardín.

Aproveché el camino y tomé una sartén que había sobre la cocina y me escondí detrás de una pared, cuando lo escuché acercarse rápido le estrellé la sartén contra la cara haciéndolo caer y quejarse del dolor. Me reí hasta sentir que me haría encima, pero decidí dejar la pavada y retomar mi camino a la salida, en ese momento veo las cadenas que dejé sobre la mesa, no lo pensé tanto y las tomé y salí corriendo lo más lejos posible de ese lugar. Corrí y corrí hasta que mis piernas no daban para más no me importaba que aún tuviera puesta la pijama, estuve casi arrastrándome hasta que estuve lo suficientemente lejos de donde ese psicópata estaba.

Quería descansar, estaba muy cansada realmente. De repente empiezo a escuchar música en una casa cerca de dónde yo estaba, caminé otro poco hasta que llego a la casa de Mónica, mi amiga. ¿Qué hacía dando una fiesta sin siquiera haberme invitado? Me acerqué más hasta quedar frente a la entrada. No me tomé la molestia de tocar la puerta, ya sabía que nadie me abriría, así que entré sin más y al hacerlo todos me miraban como si vieran al ser más raro y despreciable del mundo. Yo caminé con la frente en alto sin dejarme intimidar por sus miradas hasta que llegué donde estaban Mónica y Ámber, ambas compartiendo saliva con dos chicos a la vez. Fue cuando me miraron y actuaron como si nada hubiera pasado y me miraron igual que el resto del mundo. Yo estaba realmente  confundida.

― ¿Mónica?... ¿Ámber?... ¿Qué sucede aquí? ―. Ambas se miraron entre sí como si se estuvieran decidiendo quién hablaría. Al final Mónica fue la que habló.

― Ya sabemos lo de la alcohólica de tu madre Scarlett―. Yo abrí mis ojos sorprendida. No podía ser, ¿cómo se enteraron?...

― Si te preguntas cómo lo sabemos pues es simple, mi tío es policía el cual fue el que estuvo con el tema del accidente de tu madre, el cual por cierto pasó porque estaba conduciendo bajo las influencias del alcohol―. Terminó de aclarármelo Ámber.

―Pero… ¿Por qué todos han estado actuando como si yo fuera un ser despreciable? ―. Cuando vi a los chicos reírse y a ellas sonreír me di cuenta…de que me consideraban igual que a mi madre.

―Lo siento Scarlett, pero no tenía planeado invitarte, porque no quería tener a una loca adicta al alcohol para que después nos mate a todos―.

―Espero no intente atropellarnos como su madre los hizo con media ciudad―. Y todos empezaron a carcajearse, a burlarse de mí.

Me señalaban, me insultaban, hablaban mal de mí, se burlaban…no lo soporté más. Las lágrimas aparecieron en mis ojos y comenzaron a caer por mis mejillas. Me cubrí el rostro con ambas manos y empecé a llorar, pero las burlas no se detuvieron, siguieron y siguieron hasta que…hasta que me empecé a reír con ellos.

Fue una ligera risa al principio, luego empezó a sonar más fuerte hasta que al final terminó por ser una carcajada que los hizo callar a todos y que me miraran como a una loca, no sé si estaba o no loca como el idiota cara cortada como para llegar a quemarme viva y deformarme el rostro; y esperaba que no, pero de que estaba loca. Estaba loca. No podía parar de reírme, y todos empezaron a verme con miedo, fue en ese momento en que mi risa se detuvo y de no haber sido por la música del estéreo, habría reinado un silencio incómodo. Yo los miré a todos, apreté fuertemente las cadenas y me acerqué lentamente hacia Ámber, la cual estaba temblando y mirándome con miedo.

― No…no los mataré atropellándolos querida Ámber…―. Ella mostró una cara de alivio por un momento, pero no le duró mucho el gusto―. En vez de eso…los haré sufrir con mis propias manos―. No le di tiempo de responder cuando estrellé el candado de mis cadenas contra su rostro haciéndoselo pedazos de un solo golpe.

Su cuerpo cayó sin vida al suelo sin vida. Todos quedaron sorprendidos, sus ojos parecían que se iban a salir de sus ojos, hasta que empezaron a gritar y tratar de huir. Pero no lo consiguieron. Por alguna razón la puerta quedó trabada y no podía abrirse. Yo me acerqué a uno de ellos y le reventé el candado de la cadena contra su nuca haciendo que caiga al suelo inerte y derramara mucha sangre. Después me lancé encima de otro y lo ahorqué con las cadenas hasta que su cara se puso azul y sus ojos empezaron a llorar sangre. Seguí así durante un buen rato, lo bueno era que la música callaba los gritos estando tan alta. Al final la última que quedó fue Mónica que estaba escondida en el armario con un teléfono intentando llamar a la policía. Dios que idiota. Yo derribé la puerta de una sola patada y la saqué de ahí tirándola del pelo y la tiré al suelo, intentó levantarse pero le pisé tan fuerte el estómago que tuvo que volver a quedar recostada en el suelo, incluso empezó a toser sangre. Yo la miré sonriendo mientras ella me miraba temblando de miedo y derramando lágrimas.

― Por…por favor…Scarlett no me mates por favor―. Empezó a llorar desesperada después de implorarme que la deje vivir, yo sólo me reí muy fuerte.

―Oh querida, no voy a matarte…te mandaré directamente a donde perteneces. El infierno maldita estúpida―. Sacudí mis cadenas dejándoles leves golpes por todo el cuerpo, tenía moretones y cortadas pero no estaba muerta…pensé en pegarle con el candado pero eso la mataría muy rápido, fue entonces que vi una botella de vodka. Sonreí y fui por ella, cuando volví me senté encima suyo mientras ella temblaba muy débilmente. Me miró con miedo y yo sonreí.

―Y espero que con esto aprendas querida Mónica, que de mí nadie, escúchame bien, ¡NADIE se burla! Mucho menos una basura desgraciada como tú―. Le empecé a golpear el rostro con la botella  una, dos, tres, cuatro, diez veces hasta romperle la nariz y dejarle el rostro como una masa de carne molida.

Dejé su cuerpo inmóvil en el suelo y me marché de ese lugar, ahora la puerta podía abrirse sin problema, lo cual me pareció raro pero no le tomé importancia y caminé hasta mi casa, tuve que correr porque a lo lejos vi las luces de los policías. Así que corrí hasta llegar a mi casa, tenía que cambiarme la ropa ensangrentada por una mejor. Cuando llegué no vi señales de Jeff así que entré sin problemas y fui directo a mi habitación. Me quité la pijama manchada de sangre, me lavé la sangre del cuerpo y me puse otra más limpia, una camisa blanca y unos shorts me servirían, las acompañé con unas botas de tacón grueso y una chaqueta de cuero negra. Ya tenía todo listo, tomé mis cadenas, todo el dinero que yo tenía más el que mi madre le estafaba a mi padre. Salí por el jardín pero antes de cruzar la cerca para marcharme me detuve en la tumba de mi querido perrito. Me arrodillé y le dije unas palabras de amor, luego me despedí de él.

Caminé por la calle, afortunadamente no había nadie en esos momento, seguro estaba todos de curiosos en la casa de Mónica. Buen mejor para mí. Caminé durante un largo rato hasta que me encontré con cierto encapuchado de sonrisa desagradable. Tiene que ser una broma.

―Hola muñeca, es bueno verte de nuevo―.

―Diría lo mismo pero estaría mintiendo. ¿Qué rayos quieres ahora? ―.

―Oye tranquila amor, sólo vine a felicitarte por tu matanza de hace un rato. Realmente tienes talento―. Yo lo miré sospechosa, no podía creerle ni una sola palabra―. ¿Qué te parece si hacemos las paces…hacemos un equipo…y te llevo a vivir conmigo? De paso puedo hacerte hermosa como yo muñeca―. Se acercó a mí tomándome del mentón haciéndome mirarlo a esos horrendos ojos sin parpados.

“¿Qué mierda se piensa?”, me aparté de él rápidamente.

―Estás loco si crees que soy tan estúpida para aceptar tal propuesta tuya. Jamás aceptaría a eso―.  Yo estaba decidida a pasarlo de largo e ignorarlo pero él no me dejaba en paz.

―Oh vamos linda, ¿Por qué no? Sé que te mueres de ganas de vivir conmigo. ¿Por qué no te dejas hacer hermosa como todas las demás? ―. Me detuve en seco al escuchar eso, de ninguna forma pienso dejarlo así.

―Escúchame bien maldito adefesio de circo. Yo no soy igual a tus estúpidas fans, yo no te amo, yo no estoy loca como para déjate que me quemes viva y me deformes el rostro para verme como tú creyéndote hermoso cuando no eres más que una deformidad andante. ¡Yo no te amo! ¡Yo no te admiro! ¡Te odio y odio todo lo que has provocado! ―.

― Pero…―.

― ¡No! ¡Estoy harta de ti y todo lo que tenga que ver contigo maldito fenómeno! ―. Yo lo miré molesta y le tiré un golpe con el candado de mis cadenas golpeándolo en el estómago.

Él se echó para atrás y me miró molesto. Yo sólo sonreí, esto sería divertido.

―Maldita perra. ¡Ahora verás! ―. Vino corriendo hacia mí con su cuchillo intentando lastimarme, yo sólo lo esquivé y le enredé la cadena en el tobillo, jalé fuerte hasta hacerlo caer de lleno al suelo. Me empecé a reír muy fuerte al ver su expresión de odio.

―Vaya el “gran” Jeff fue derribado por una chica, que penoso―. Me volví a carcajear mientras él se levantaba.

―Eres una maldita perra―.

―Oh muchas gracias querido―.  Yo le pegué una patada en el rostro  derribándolo de nuevo, él intentó tomar su cuchillo pero yo lo pateé lejos de él, me agaché hasta quedar a su altura y lo miré a los ojos―. Habrá que dejarlo hasta mi querido deforme, ya está cerca de amanecer y estoy segura que no querrás que la policía nos encuentre. Pero descuida, estoy segura que pronto nos volveremos a ver―. Lo miré burlonamente, me levanté y me fui.
Y bueno eso es lo que pasó, desde entonces me dedico a matar a la gente. No sé si estoy loca como el resto de los maldito the killers de mierda, sólo me gusta sentir eso que siento al matar a las personas, no sé ustedes juzguen me da igual. Y espero que entiendan, que no deben subestimarme. No crean que por ser una the killer soy igual a los demás que se deforman el rostro y antes de matar dicen una frase pedorra, yo sólo te mataré  y ya. Esa es mi historia, y espero que nos veamos pronto…

No hay comentarios. :

Publicar un comentario