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domingo, 7 de diciembre de 2014

Juegos.


¿Dime lo sientes? El hedor de los muertos, el de la tortura, el de la sangre, es el olor distintivo de la muerte. Es el perfume del diablo.
Mi rostro, mi cara, cada vez más deforme, más distinto; es él rostro de aquel, de él torturador, él irracional.


No todos los juegos son para niños, hay juegos más peligrosos, que por desgracia funcionan.
Buscando por la Internet me encontré con el libro "Théa", del que tras buscarlo mucho, obtuve un ejemplar. 


Cientos y cientos de ritos se especifican en el libro, éste es el más simple el que estoy haciendo, "La ventana del espejo", Dice: En medio de la oscuridad con tan sólo una vela para apoyarte debes dibujaruna puerta sobre el espejo, en medio de espejo escribir " io eg nefg" y observar fijamente como se abre la ventana. 
Las letras y la puerta ya casi no se ven, mi reflejo mucho menos, eso ya no soy yo, pero qué hago ahora, el libro no dice nada más.


Enciendo la luz, pero eso aún no se cierra, el fondo sigue siendo mi casa pero más horrible más desgastada más vieja ¿y yo? mi reflejo, ese no soy yo.
Han pasado días desde eso, ya no lo soportó, en cada espejo esta él no yo casi idéntico a mi, pero su mirada, sus ojos, él sabe que estoy asustado.

He roto él espejo, varios me lo recomendaron, pero no sirvió de nada, todo es mi culpa por meterme dónde no debía. Ese libro, cuántas personas habrán sufrido como yo, pero hay algo que me inquieta dónde yo encontré el libro había más gente y estás estaban ya casi en el final del libro y por sus comentarios parecían disfrutarlo, ¿cómo una persona puede disfrutar éste infierno? 

Quiero morir, quiero terminar con éste infierno, pero se que él me está esperando y cuando muera, mi verdadero infierno comenzará.

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