Son muchos los personajes que padecieron enfermedades mentales y que tuvieron un rol fundamental en el desarrollo de la Historia. En algunos casos, cuando se trata de líderes políticos que tienen control sobre el destino de los pueblos, esto ha tenido consecuencias desastrosas. En otros, los trastornos psiquiátricos que sufrieron algunas personas han hecho que del aislamiento y la incapacidad para interactuar en sociedad surjan una enorme cantidad de contribuciones al avance del arte y la ciencia. Desde escritores y músicos hasta políticos y emperadores, en esta galería te mostramos algunos de los casos en los que la locura tuvo gran importancia en el surgimiento del genio o del horror.
Vincent Van Gogh
Se ha especulado mucho en torno al diagnóstico clínico de este talentoso pintor y es popularmente conocido el terrible episodio de su vida en el que se cortó una oreja para regalársela a una prostituta. La explicación más difundida de sus padecimientos tiene que ver con que el pintor holandés era maníaco depresivo, una condición que lo mantenía pasando de las más profundas depresiones a estados de euforia sumamente productivos a nivel creativo. Sin embargo, para críticos del arte como Robert Hughes, las maravillas de su obra no se lograron en estados de enajenación sino que son el resultado de un absoluto control técnico. En cualquier caso, Van Gogh es uno de los mejores ejemplos de que las angustias pueden ser sublimadas a través del arte.
Cayo Julio César Augusto Germánico, más conocido como Calígula, fue el emperador de Roma desde el año 37 hasta el año 41, cuando fue asesinado. Quienes pusieron fin a su vida buscaban salvar al imperio de la serie de extravagancias y atrocidades a las que se fue volviendo cada vez más propenso el “tirano demente”, como le llamaba el historiador Flavio Josefo. Entre sus excesos se destacan bacanales plagados de sadismo, zoofilia (se dice que dormía con su caballo) y prácticas incestuosas (obligó a sus hermanas a prostituirse) además de una serie de asesinatos brutales cometidos por mera diversión. Algunas de las posibles explicaciones de su errático y cruel comportamiento son el hipertiroidismo o la epilepsia que pudieron afectar su cordura.
Parece difícil resaltar la locura de Rudolp Hesse por encima del resto de criminales dementes que conformaban el partido Nazi. Sin embargo, sádicos como el doctor Joseph Mengele o el propio Adolph Hitler no empequeñecen los delirios de este líder nazi que en mitad de la Segunda Guerra Mundial voló a Escocia para convencer a los británicos de que el verdadero enemigo eran los ejércitos de Stalin. No obstante, para muchos las lagunas mentales de Hesse y sus desvaríos paranoicos (estaba convencido de que los agentes aliados podría leer su mente a través de una serie de dispositivos electrónicos) no fueron más que una mentira, una actuación a través de la que buscaba evadir la pena de muerte en los Juicios de Nuremberg.
Este monarca del Reino Unido bien puede ser considerado como un “viudo negro” por la facilidad con que se deshacía de sus esposas y amantes en cuanto dejaban de interesarle. En la actualidad, se presume que la brutalidad con la que trató a las mujeres de su vida se debió a que padecía el síndrome de McLeod, una enfermedad congénita que prácticamente le impedía tener descendencia masculina y que ocasionó que muchos de sus hijos murieran prematuramente por enfermedades físicas y mentales. Su propio deterioro mental, y muchas de sus actitudes violentas, se explican por esta enfermedad hereditaria.
Durante la “Guerra de los 100 años” los ejércitos franceses se alinearon bajo las órdenes de una delicada y frágil adolescente para combatir contra los ingleses. El hecho de que el comando recayera sobre Juana y no sobre un de los tantos feroces guerreros que conformaban las tropas galas se debió a que esa delgada muchacha tenía la capacidad de comunicarse con Dios. Al parecer, en una de sus tantas conversaciones, dios le dijo a Juana cómo poner fin al asedio de la ciudad de Orleans (cosa que efectivamente logró). Sin embargo, al poco tiempo sus charlas se hicieron tan frecuentes que las autoridades se atemorizaron y la condenaron a morir en la hoguera.
Para muchos, la doctrina del “superhombre” que pregonó este filósofo alemán pudo estar determinada por sus enfermedades mentales. La idea de que el hombre no debe poner ningún freno religioso, moral o ético a sus posibilidades de cumplir con su voluntad podría estar fundamentada en la propia incapacidad de Nietzsche para medir su conducta. Su deterioro mental, que los llevó a participar de una serie de extraños escándalos en la vía pública, comenzó cuando contrajo sífilis como resultado de su disipado comportamiento sexual. Libros como “El anticristo” o “Ecce homo” no solo trasmiten un nihilismo radical sino que, para muchos, son una prueba de la megalomanía en la que vivió sus últimos días.
Dos elementos definen con exactitud la impronta del romanticismo alemán durante el siglo XIX: la tormenta y la pasión (Sturm und drang). Tomando en cuenta el componente de desequilibrio anímico que suponen estos términos, el músico Robert Schuman es uno de los mejores exponentes de la arrolladora energía que caracterizó al movimiento romántico en Alemania. Su “Requiem” y su “Sinfonía en Re menor” son algunas de las obras que expresan las profundas depresiones que aquejaron a este compositor que vivió fuera de la realidad sus últimos momentos y que coqueteó permanentemente con el suicidio.
El autor de oscuros poemas como “El cuervo” y un gran número de cuentos fundamentales para la historia universal de la Literatura, basó muchas de sus obras en las experiencias personales que afectaron su trágica vida. Agobiado por constantes depresiones y víctima de un incontrolable alcoholismo que lo arrastró a la muerte, las alucinaciones que los rondaron durante toda su vida no solo llenaron las páginas de sus relatos sino que fundaron nuevos géneros literarios: los cuentos policiales y de terror. Muchos de los que hoy disfrutan de la ansiedad que provoca una buena película de horror, deben a Poe el que se pueda hacer una experiencia artística de las pesadillas.
Este premio Nobel de Economía fue conocido popularmente gracias a la película "Una mente maravillosa", del director Ron Howard. En este film se muestra la serie de trastornos esquizofrénicos que agobiaron a Nash, quien se sentía víctima de una conspiración comunista que lo tenía condenado a descifrar códigos “ocultos” en la prensa o en la correspondencia ordinaria, al tiempo que sufría de todo tipo de alucinaciones. Luego de recibir tratamiento y aprender a convivir con su enfermedad, sus investigaciones supusieron aportes fundamentales en las áreas de la economía, la biología y las relaciones internacionales.
Esta aristócrata húngara del siglo XVI cuenta con el siniestro privilegio de aparecer en el libro Guiness de los récords como la mujer que más asesinatos cometió en la Historia. Obsesionada con escapar del deterioro físico propio del envejecimiento y desesperada por conservar su belleza, la Condesa Sangrienta (como se le conoce desde entonces) llegó a torturar y asesinar más de 600 muchachas con el propósito de apropiarse de su juventud. Entre sus prácticas sádicas se incluía el bañarse con la sangre de sus víctimas o llevar constantemente un alfiler para poder picar a sus doncellas y poder beber su “esencia” cuando lo considerara oportuno. Terminó siendo juzgada y emparedada en las mazmorras de su propio castillo. Se dice que pasó de la frustración que le provocaba el envejecimiento a la voluntad de cometer actos violentos porque sufría de trastorno bipolar.
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