Mi salvadora lo nota, me pregunta qué me pasaba, "Está helando", le respondí, enseguida ella me replica con una sonrisa y me dice "Quítate la ropa...", me sonrojé y le pregunté por qué me lo pedía, ella sonríe nuevamente y me responde con una suave voz "Solo hazlo...", lo hice y quedé en ropa interior, ella toma esos trapos llenos de sangre y con fantásticos e increíbles movimientos los convierte en una túnica...
Me quedé anonadado... No podía creer lo que había visto, parecía magia...
Ella estira la túnica hacia mi y me sonríe, la tomé y me la puse encima, ya no tenía frío... Al vestir la túnica sentía la misma tranquilidad que cuando ella me salvó... Salte hacia ella y la abracé bien fuerte, "Muchas gracias, de verdad estoy muy agradecido", le dije...
Ella se sonrojo y me abrazó, seguido de estas palabras "Decidiste ser mi alumno, debo cuidarte, no hay nada que agradecer, ahora sigamos caminando mi niño..."
Mi niño... Mi niño... Cada vez que repetía esas palabras me hacía estremecer, y a veces... Hasta me hacía sonrojar...
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