No entendía nada, pero decidí abrirlos, supuse que era otras de esas estúpidas cadenas. Pero no.
"Tu no lo sabes. Yo miro cada movimiento que tu haces, cada vez que tecleas alguna letra en tu teclado, cada vez que mueves tus ojos leyendo esto. Te estoy mirando, no te atrevas a mirar atrás, pues en las noches te observo. No tengo nombre, pero puedes decirme "Pesadilla" o "Miedo", pues eso soy. En este instante te estoy mirando, ¿quieres mirarme a mi también?"
Puf, se corto la luz. Yo fui a mi cocina con las manos temblando y tome una vela, ese maldito mensaje verdaderamente me había asustado. Mis padres habían salido y no volverían hasta la mañana siguiente, entonces fui a acostarme.
Comencé a sentir un escalofrió en mi piel, sentía que me susurraban a mi oído, entonces me di la vuelta rápidamente y mire hacia mi ventana. Estaba lloviendo y había una oscuridad completa. Me acerque hasta apoyar mi frente contra la ventana. ¡PUM! GRITE Y GRITE, NO PODÍA RESPIRAR Y EL CAUSANTE DE ESTO ERA UNA CARA EN MI VENTANA. Ojos rojos y oscuros, una sonrisa malévola en su rostro. Me asuste demasiado, parecía que esa sonrisa apenas le cabía en la cara, era muy enorme, inhumana.
Lentamente abrió la ventana y se acerco a mi, acorralándome contra la pared. Tomo mis hombros y fue partiéndolos hasta que sentí sus garras en lo mas profundo de mi cuerpo. No podía gritar, el dolor era inmenso y antes de cerrar mis ojos para siempre, me dijo "Se que abriste mi mensaje, se que leíste esta historia, te estoy observando desde que leíste la primera frase de este relato. ¿Quieres mirarme?"
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