-No recuerdo como es–Me respondió el tipo-No lo reconozco, y mas lo que ha pasado, menos lo haré-.
Ese hombre fue siempre mi amigo pero ahora parecía tan distante y frío conmigo. Lo conocí en la Universidad. En esos momentos yo era un muchacho tonto enamorado. Se dice que los peores errores son en tu tiempo de adolescente, y comprobé que es cierto. Esa hermosa muchacha jamas estaría a mi lado como yo soñaba, todo por mi. Por ser tan idiota y no hacer algo cuando pude.
Pero el era diferente a mi, no me extrañe que al no contarle que esa muchacha era la chica de mis sueños él intentara algo con ella, tampoco me extrañe de que lo logre. Isabella era su nombre, una hermosa muchacha, exageradamente hermosa. Aún recuerdo su cabello rubio como el oro que ella solía proteger tanto. Aún recuerdo su piel tan blanca, sus ojos celestes como el cielo y sus labios rojos que deseaba tener junto a los míos. Conjuntas con su actitud de sociabilidad e intelecto superior la hacían ver como la muchacha perfecta. Y solo así es como prefiero recordarla. Mi prestigiado amigo era mucho mas alto que yo, Con mejor físico, resumiendo el era mucho mas atractivo.
Considero justo el amor que se sienten mutuamente él y la chica de mis sueños, lógico, real. No imaginé que esa relación creciera tanto, o si lo sabía pero preferí mirar otros lugares. Mi gran amigo David se alzo con ella en matrimonio, termino siendo gerente en el mejor cine de la ciudad, mas que nada gracias a su abuelo. Ella seguía estudiando para ser empresaria algún día y por lo que se dice le va excelente. Yo estaba cerca de ambos, ellos eran mis mejores amigos. Ninguno nunca supo que me gustaba ella, eso era realmente bueno. Alex e Isabella no quedaba tan bien, pero David e Isabella encajaba perfecto. Se fueron a vivir a una casa en otros terrenos, era lo justo para ambos. Siempre iba a visitarlos, siempre y cuando David este con ella. Nunca me atreví a visitar a isabella estando solo, mi cobardía era grande. Tenia miedo de dar un paso en falso o cagarla. Aún recuerdo que su casa era de 4 habitaciones, un baño, dos cuartos y una sala. Algunas veces nos quedábamos tomando hasta el otro día y me quedaba a dormir en un cuarto que tenían de sobra. En los momentos que salia con David creí conocerlo, pero mi equivocación fue enorme.
Me parece que todo se organizo ese mismo día. Iba caminando por la avenida báltica sin ningún motivo, solo me decidí a ir a pasear . En esas casualidades de la vida me encontré a isabella en una esquina. Pedí perdón por chocarla sin saber que era ella. Me sujeto del brazo y cruzó nuestros cuerpos a costa de mirarnos fijamente y reconocer que era ella. Puse una sonrisa y estando pegado a la pared la mire a los ojos.
-¡Hola, Alex! –Me dijo mientras mi corazón casi explota-¿Qué andabas haciendo?-.
-No mucho, solo paseaba en busca de entretenimiento–Fue lo mas estúpido que dije, pero al tenerla tan cerca todo lo que decía lo era-.
Me imaginaba que al conocerme tanto ya se acostumbro a mis idioteces. Pero solo se reía como si le dijera un chiste gracioso, supongo que solo era para no hacerme sentir mal. Como no estaba ocupado me pidió que la acompañe hasta su casa, jurando que David estaba ahí así que fui. Cuando llegamos había un notorio silencio que nunca estaba con David en la casa. Con todo mi sospechamiento me decidí a entrar. Estaba todo normal aunque David no estuviera. Arreglo unos de sus libros que estaban en la mesa y me senté en el sofá. Saco una especie de bebida rara que creo que era licor importado y nos sirvió a ambos en una copa. Tome lo mas lento para no decir alguna boludes en la conversación. Acabo su bebida y suspiro con ansias de estar preocupada. Le iba a preguntar si todo estaba normal, pero se me adelanto y me preguntó.
-Pu-Puedo ¿Confiarte algo?–Me dijo con tanta inseguridad típica de una mujer.
-Claro–Le respondí, aunque estaba muy asustado de lo que podría ser.
Por su estado de nerviosismo deduje que era algo muy secreto, algo que ni a David le contó. Pero lo que mas me asustaba era que dijera algo que me comprometiera a una pelea con alguien.
-Me estoy desquiciando–Dijo mientras miraba mis ojos–Estoy enloqueciendo-.
La verdad no sabía de que hablaba. Pensé en por qué lo decía y lo mas lógico era que estaba muy estrezada. Pero comenzó a llorar, y no era un simple llanto. Eran lágrimas que salían y recorrían sus mejillas hasta desbordarse al vacío e impactándose con el suelo o con sus manos. Era muy linda incluso llorando, pero debía dejar eso y ayudarla. Agacho su mirada a tal punto que tuve que agacharme para verle la cara. Mi yo interno quería decirle tanto, tenia tanto amor para darle así dejaba de llorar. Quería decirle que la amaba y siempre lo hice y que parara el llanto y que en ese momento ambos lo dijéramos y nos besáramos. Pero me contuve y solo callé.
-¿Qué es lo qué pasa?-Le dije preocupado.
Levanto su vista, pero no me miro a mi, si no al frente. Suspiro como aceptando lo que contó y lo que estaba por contar. Ya era seguro que era algo que cambiaría todo crucialmente. Tomó un trago de mi vaso como para calmar sus nervios.
-Soñé cosas raras, cosas horribles en donde un monstruo se sube a mi cabeza y comienza a succionar mi ser–Cuando dijo eso comencé a sentir un miedo que jamas había sentido–Me parece que me comía a mi, o solo tomaba mi sangre, pero...
Comenzó a apretar sus manos, se apretaba como buscando valor para no decaer. Me miro llena de confianza, como buscando consolación en mi. Lamentablemente no pude ayudar, nada se me ocurría.
-...Lo peor era eso–Siguió–Despierto con dolores de cabeza como si me hubieran pegado con un martillo o hubiera dormido con una almohada rellena de cemento.
Lo primero que se me ocurrió me heló la piel.
-Tengo tanto miedo de que sea SIDA–Repitió una y otra vez ella
Lo que ella dijo era lo que yo mismo pensé. Temía tanto de que fuera eso, a veces provocaba alucinaciones y dolores. Si de casualidad tenía esa enfermedad debía hacerse pruebas y decirle a su esposo, por lo que vi no creo que lo haya echo. Su miedo aumentaba cada segundo, y entre llantos no pude hacer otra cosa que darle un fuerte y cálido abrazo.
Pasaron días desde esa encuentro tan confeso. Obvio no le dije nada a David, Pero se lo prometí a isa y no faltaría a una promesa. Le aconseje que vaya con un medico profesional, se haga estudios y así actuáramos según lo echo. Lo haríamos todos, aunque mi mente dijo "Solo nosotros dos". No paso nada raro esos días, yo los visitaba como de costumbre y entre isa y yo cruzábamos miradas para saber como estaba el otro. Por mas discreción que hiciéramos, David parecía darse cuenta. Nada mas eramos 3 amigos normales; la pareja perfecta y el amigo metido haciendo estorbo y muriendo por dentro. Creí que todo tomará un ritmo normal según pasara el tiempo, pero volví a equivocarme.
A la madrugaba me llamaron a mi celular, sin ver quien conteste rápido. Tome mi celular y contesté. Mis temores se comprobaron, era mi amigo David. No le entendía sus palabras, pero supe que quería que nos encontráramos. Me asome hasta mi ventana donde vi su lujoso auto negro. Las ventanas estaban totalmente empañadas haciendo que se haga difícil mi visión de él, pero por lo visto él pudo verme ya que toco bocina diciéndome que salga afuera. No vi que viniera a mi, así que fui donde él. Tanto era el frío que me congele a los segundos de salir. Los vientos eran tan fuertes que al soplar tiraban de mi como si fuera un palo. Corrí hasta su auto y tome la manija para entrar. Fue la sensación de frío mas aterradora que he vivido. Al entrar pude calmar un poco el frío ya que dentro estaba la calefacción del auto. David sostenía el volante con una cara de loco, espere que el se burlara de mi por salir con pijama en medio del frío pero eso no paso. Ni siquiera una sonrisa, estaba muy serio.
-¿Pasa algo?-Pregunte mirando algo asustado.
Parpadeo una que otra vez y mi miedo creció. Millones de recuerdos de personas con SIDA se ilustraron en mi mente haciéndome temblar. Temiendo puse mis manos en sus hombros.
-¿David?-Dije y ahí me miro de mejor manera.
Me miro muy dudoso de lo que pudiera decirle. Entonces supe que quería, en ese momento tuve dos opciones, mentir o romper promesas.
-Mi mujer ¿Te ha dicho algo?–Solo callé unos segundos.
-¿Algo?–Le dije simulando no saber nada.
-Algo que la tenga mal, todos los días esta de mal humor y no quiere ni hablarme, parece como si sintiera por mi nada mas que desprecio.
No supe a que se refería con "Desprecio", pero si se refería al sexo tal ve pensó que ella lo engañaba con otro, su mejor amigo quizá. Estuve sin moverme mientras pensaba una respuesta que no creara controversia. Un poco calmado mire el suelo disimulando no saber nada. Suspire y pensé que lo mejor era ya dejar de mentir.
-Tu esposa piensa que tiene SIDA–Se lo dije con todo el sentimiento, pero el pareció ni inmutarse–Piensa que lo tiene y esta segura de ello, pero tiene miedo de hacerse pruebas-
-No tiene SIDA–Me dijo, y fruncí el seño con cara de duda–Esta volviéndose loca, ya le hicimos pruebas cuando me lo dijo y salieron negativas.
En ese momento me confundí, ¿Si isa ya había enfrentado eso para qué hizo tanto lío?. Tal vez quería algo mas conmigo, o solo se burlo en mi cara, o simplemente estaba loca.
-Muchas gracias y disculpa por hacerte levantar a estas horas y con este frío–Me dijo mirando al frente.
Encendió el auto dando aviso que ya debía salir de ahí. Salí mirándolo y él nunca me miro por ninguna razón. Si en ese momento yo hubiera tenido un paro cardíaco él ni hubiese mirado. Corrí a mi puerta mientras él se iba dejándome solo. Gire y entre ami casa. AL entrara mi celular suena en mi bolsillo derecho, ya que soy derecho. Miré y vi que el contacto era "Isa", mi corazón acelero bastante, no solo por el miedo de que hubiera sonado en el auto. Atendí ya que era ella. Escuche llorar a una chica tratando de parar el llanto.
-¡Lo he visto!–Me dijo–¡Lo vi en mi cabeza al levantarme!
No entendía que pasaba, pero creí que se trataba de David. Fui a mi silla mas cercana, encontré un acolchado muy calentita y me quede sentado sin sentir frío, pronto me dieron ganas de ir al baño.
-¿Qué paso? ¿Qué había?–Le dije esperando una respuesta rápida y tratando de que se desestrezara.
Se escucho un soplido y luego volvió a llamar.
-Esa maldita cosa violeta que estaba en mi cabeza, la vi, la vi aquí-.
Luego de eso me asuste mucho. Pensé que la chica por la cual estuve y estoy enamorado en realidad se estaba volviendo loca. No había otra explicación, llamaba a la noche diciendo que vio una especie de monstruo y y decía tener SIDA que al final no tenía. Era difícil de creer pero debía hacerlo. Mire el techo y me la imagine angustiada y estrezada por su voluntad. Pero en ese momento la conversación cambio.
-Dime 'Por qué no te me declaraste en la Universidad?–Esa pregunta hizo que mi corazón se acelerara y yo quedara atónito- ¿Por qué nunca me dijiste que me amabas?
Ya lo sabía, no sé como ni quien le dijo, pero lo supo, eso no era bueno ahora ni en ningún momento. Es mi culpa, no pude controlarme, eso pasa por estar al margen de ella. ¿Problemas maritales? no se porque salio eso de mi mente, pero tal vez no era necesario que ella lo dijera. No supe que hacer y solo respondí la verdad, y la verdad por primera vez no era estúpida.
-Tal vez por lo mismo que tu igual no me lo dijiste–Se lo dije y me he quedado con el corazón que explotaba.
-Sí, si te hubiera dicho todo sería mejor para ambos–Dijo ella.
No pude reaccionar, estaba feliz y asustado por todo lo que pasaba. No sabía que pensar así que solo me levante y fui al baño. Aún quería ir al baño.
-Y dime ¿Qué demonios viste?–Le grite–Sobre esa extraña cosa monstruosa.
Nunca quise cambiar el tema, pero esa conversación nos llevaría a un mal camino.
-Era asquerosa mente horrendo–empezó–Era violeta como un animal recién nacido y muy asqueroso. Era como ver un bolso sin nada dentro, y su sonrisa redondeada y dientes super afilados. Era como una dentadura de piraña pero sin fin. Cuando desperté estaba en mi cara, la he golpeado y callo en mi entrepierna, la volví a golpear u callo chillando bajo mi cama. Trate de calmarla diciéndole que yo podía ayudarle, pero no sirvió. En eso instante escuche sonidos del motor de David y supe que el llegaba a su casa. Por lo que pensé vi que tardo mucho, se habrá quedado colgado en algún lugar.
-Debo dejar de hablar-Me dijo
-Ok, pero si pasa otra coa llámame–Le respondí y me fui a dormir Ya eran las 6am y sonó mi celular, como era de saberse ni me moleste en ver quien era. En el momento que lo tomo escuche a Isa llorando.
-¡Esta con nosotros! VEN AQUÍ–Me dijo muy asustada y escuche como el celular cayó al suelo.
Sin dudarlo corrí a su casa. Solo fui con mis zapatillas, un pantalón y sin remera o camisa. Como era un largo viaje me fui sin nada en el toro porque sabía que me daría calor. No tenía dinero para taxi así que tardé unos 20 minutos en llegar, que me parecieron toda una vida. Millones de cosa me venían a la mente, ninguna era bonita. No upe como entrar hasta que recordé que me confiaron el escondite de su llave de repuesto. Lo primero que encontré fue espeluznante. Isa estaba tirada en el suelo con golpes que parecían haberse echos con una especie de mazo. En una silla se encontraba David sentado dándole su espalda como si estuviera enojado. Su cara denotaba que estaba llorando y yo también quise hacerlo, pero aguante. Me paré frente a él y le pregunté ¿Qué paso?.
-No se que paso con exactitud–Dijo el hombre sentado en mi delantera–No se que paso, y menos con todo lo que ha pasado.
Pude escuchar las sirenas del carro policial, de seguro el ruido que han echo atrajo la atención de la gente al rededor. Solo respire y agache la cabeza.
-Con cuidado que esa coa aún debe estar por aquí–Me grito el mientras se iba para que la policía se lo llevará–Lo lamento tanto, se que la amabas–Trate de ignorarlo, pero me dolió como una gran patada a mis cotilla.
Estuve todo un rato explicándoles a los oficiales como llegue ahí, pero logre convencerlos. Ya una vez quitado el cuerpo de Isa y sin nadie mas que yo en la casa comencé a llorar descontroladamente. Cuando sentí un dolor en mi brazo y lo pude mirar. En mi mano izquierda vi una horrible cosa, cuando la vi en mi mente salieron millones de recuerdos de lo que podría llegar a ser. Un ¿Alien? pero de inmediato me levante y pude golpearlo de tal modo que quedo inmóvil en el suelo. Sin dudarlo fui corriendo y la pisé. Era como piar una banana, de su interior alío un liquido verde que creo yo era sangre. Entonces pensé que Isa no mentía ni se volvía loca. En realidad había tal monstruo en algún lugar, y David trato de ayudarla a salvarse pero algo no resultó. Mire mi brazo buscando alguna marca de mordida, pero no. Pero sentí como me quitaba, tal vez mi sangre o mi pensamiento. ME dio un impresionante dolor de cabeza y mareos que me hicieron caer al suelo. EN el momento que estaba con energía corrí de la casa y no pensé en mirara hacía atrás.
Nunca lo mencione, me fui de la ciudad antes de tener que estar en contra de David en su juicio. Desde ese día no he vuelto a saber de mi gran amigo, pero cada noche que me voy a dormir los recuerdo a ambos. Actualmente tengo un buen trabajo, una linda casa y vigilo que no haya nada que me moleste en la noches. Aunque no e necesario porque siempre sueño con una mujer que me pide a grito ayuda, es como si esa cosa hubiera sacado los recuerdos de Isa y me los hubiera dejado a mi. Pide ayuda pero e imposible rescatarla.
Este es el fin del trió de amistad, Las pareja perfecta y el amigo entrometido...
martes, 10 de marzo de 2015
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