BESO ROBADO
Siempre me preguntaba cómo era la declaración de un chico a otro chico. En verdad nunca había tenido curiosidad sobre eso, pero desde que un estudiante de otro colegio se le declaró a mi amigo Max, empecé a tratar de imaginar aquello.
Max siempre tuvo la habilidad de hacer amigos muy fácilmente y aún más si eran chicas. Tenía tantos amigos que ni podía recordar, por eso solía llamarlos conocidos.
Ángel es el hermano menor de la mejor amiga de la hermana de Max. Conocerse no había sido una casualidad. Él se le declaró a mi amigo Max en un parque cerca de nuestro colegio.
—Max, te mentí, mi hermana no me mando decirte ningún recado para ti— dijo muy apenado.
—Que mal. Y entonces cual es el problema, algo tiene que haber pasado para que me pidas que venga a aquí.
—Max…
— ¿Y entonces? — preguntó fastidiado.
El parque estuvo más silencioso que nunca. Ángel se veía muy nervioso. Parecía que en cualquier momento iba a salir corriendo.
—Cuando una chica se te declara ¿es complicado? — dijo por fin.
—Ah, si lo que quieres es que te diga que hacer cuando una chica se declara, me hubieras dicho sin problemas. No te compliques las cosas.
—…Que piensas de ellas cuando dicen que les gustas.
—Nada. Si esta bonita empezamos a salir.
—Que gracioso, suena bastante fácil… me refiero a que, bueno…
—Claro que es fácil. No tienes nada que perder si ella se te declara, lo tendrás recontra fácil.
—Es que… ¿tú nunca has sido rechazado?
—Nunca, porque simplemente no me le he declarado a nadie. Ahora lo tengo más claro ¿Le quieres decir a la chica que te gusta para salir? ¿Tanto lio por eso? Solo ve y hazlo. No tienes nada que perder. Si te dice que no, pues te dijo que no y listo. Hay muchas chicas, no te encapriches con una.
—Max…no es tan fácil.
— ¿Te gusta de verdad? Eso sí que debe ser todo un lio, Ángel.
—Max— titubeo— alguna vez un chico te dijo que tú… No te rías de mi pregunta, promételo.
La actitud de Max cambio. Ángel entendió que Max se había dado cuenta. Un tono carmesí empezó a cubrir sus mejillas.
— ¿Si un chico me dijo que yo le gusto? ¿Yo te gusto?
Negarlo hubiera sido como echarse atrás. Él estaba ahí para declararse. Los planes no siempre suelen resultar como queremos. Lo único que le quedaba era arriesgarse y esperar una respuesta.
—No es la primera vez, pero ninguno me gustó, por eso no Salí con ellos— dijo Max para aminorar la tensión.
— ¿Qué?
—No te creas todo lo que te digo. Eres tan gracioso. Mira, mejor buscaste una linda novia y no te enredes en líos. Está bien, si quieres, búscate un novio y se feliz. Cásate, intenta tener hijos y cómprate mascotas. A esta hora está pasando una película muy buena y me lo estoy perdiendo por escucharte decir tonterías.
—No son tonterías—dijo sin rendirse— No quiero una novia, no quiero salir con nadie. Tampoco quiero salir contigo si no quieres. Desde hace mucho quería decírtelo y con eso es suficiente. Max, me gustas mucho, pero no soy una chica linda para ser aceptado. Max…
Después de aquello nunca más iban a compartir el mismo espacio. Normalmente no lo hacían. Lo único que los relacionaban eran sus hermanas, solo ellas. Ambos tan solo eran los hermanos menores que coincidían muy pocas veces.
Ángel sujeto la camisa de Max para jalarlo, para acercar su rostro al suyo, sus labios al suyo, para besarlo. Su cometido era rosarlos, pero sus expectativas fueron superadas cuando sintió la humedad y la fricción. Max no lo rechazó.
—Gracias— fue lo único que se le ocurrió decir a Ángel luego de separarse.
—Ángel, eres como una de esas chicas bonitas que me dicen que les gusto. Si me preguntas otra vez, te daré una respuesta.
No hay comentarios. :
Publicar un comentario