LOS CARAMELOS DE MAX
Max siempre me compraba un caramelo cuando iba al kiosco. Me gustaban los caramelos, por eso siempre se los aceptaba. Pero un día fui al dentista y me dijeron que no podía comer dulces. Max se entero, por eso empezó a guardar los caramelos que me compró. El siguiente fin de semana me dio todos los caramelos que no pudo darme.
No me gustaban los fin de semanas porque no veía a Max, pero cuando veía los caramelos que me había dado , recordaba lo feliz que se puso cuando se los acepté.
cuando estaba apunto de abrir la envoltura de un caramelo, decidí esperar el día lunes para comérnoslos juntos.
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