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miércoles, 11 de marzo de 2015

Los Secretos de Caramel - prt14

ANGEL


Siempre  me había gustado el nombre Ángel, pero desde que mi mejor amigo empezó a salir con un chico llamado así, dejó de gustarme. Con eso comprendí que no se había tratado de la personalidad de la persona con quien salía, sino por ese hecho, de que salieran con mi mejor amigo Max.

No tenía justificación con las chicas porque ellas eran chicas y podían salir con chicos, era muy normal. A pesar de eso nunca me agradaban porque por ellas Max cancelaba salidas conmigo y mis amigos. Ya me había acostumbrado a las saliditas de Max con sus noviecitas, pero cuando me dijo que iba a empezar a salir con Ángel, un hombre, fue muy chocante.


Mi desconcierto había empezado cuando escuché a las chicas de mi salón decir que habían visto  a dos chicos besándose en los parques cerca al colegio, que eran muy apuestos y que eran Max y Ángel, dos  chicos muy conocidos en sus respectivos colegios.

Max era muy apuesto, eso no lo dudaba. Él podía tener en la escuela a cualquier chica: La más bonita, la más aplicada, la más loca, la más inocente, la más popular; y las tuvo cuando estas se le pusieron en bandeja de plata al declarársele. A pesar de ser considerado muy afortunado entre todos los chicos del colegio por su magnetismo con las chicas, él no debió sentirse satisfecho ya que creo que sintió que su lista se veía incompleta si no tenía apuntado en ella  el nombre de un chico. Ese nombre fue el de Ángel, alguien que no había existido para mí hasta ese entonces.
Ángel no tenía ningún parecido con las ex novias de Max, tan alborotadas, tan preocupadas por el maquillaje, tan desesperadas por llamar su atención, tan esmeradas por subirse las vastas de sus faldas para mostrarles las piernas a Max. 

Ángel. Su hubiera sido una chica, hubiera sido de esas aplicadas, de esas que se hacen respetar ante cualquier chico, de esas orgullosas…aunque no, él no  se mostró nada orgulloso cuando se le declaró a Max en un parque…más que declarar, besar  de improviso a mi amigo en un parque público donde no pensó que podría iniciar habladurías a sus espaldas

Ángel, él era solo un chico que atraía por su personalidad, de esos que cuando te hablan te trasmiten confianza y respeto. Tan aplicado, inteligente, tan sabiondo, tan ratón de biblioteca, tan amado por sus profesores por  ser el más inteligente de la clase. Y si se trataba de bastas de faldas, pues él no se las subía. Ángel tenía su uniforme en su sitio, muy limpio y ordenado. Ni un botón menos, ni un botón más.

Eran  tan opuestos. Max siempre fue libre y en cambio Ángel siempre se mostró atado por sus deberes. Las ataduras nunca fueron  parte de las características de Max, por eso, aquello que empezó a surgir entre ellos no iba a ser algo duradero. 

Yo veía a Ángel como una chica, como una novia tonta, muy enamorada, ilusionada. Las novias de Max no duraban. Lo único que me quedaba era  imaginar que Ángel no iba a durar, que iba a ser pasajero, que pronto pasaría a ser parte de sus exs.

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