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martes, 5 de noviembre de 2013

LA GUARDIANA DE LA CASA


Regresaba de una fiesta esa noche, mi amiga Luisa me habia ido a dejar en su auto, como ya era algo tarde decidí no hacer nada de ruido para no despertar a mi abuela, al entrar a la estancia estaba oscuro y no se porque sentí un escalofrió de repente. Gire sobre mis pasos… era como si alguien hubiera pasado detrás mio -abue?- nadie contesto, prendí el interruptor de la luzno había nada anormal, más tranquila subi las escaleras y pase al cuarto de mi abuela, ella no estaba, su cama estaba tendida y habia una nota “Hoy es la la misa del aniversario de tu tio Alfonso, nos llevamos a mi mamá y regresamos mañana, ya no te pudimos avisar, nos vemos mañana.”Por lo visto me quedaría sola, ni hablar, pense, camine por el pasillo hacia mi cuarto, escuche un crujir de la escalera, me gire para mirar, de nuevo nada, eso ya no estaba gustando había oído que a veces en las casas viejas como esta ocurren ese tipo de cosas, al grado incluso de que la gente se acostumbre, pero nunca aqui. Estaba intranquila al entrar a mi cuarto lo sentí extraño, pesado, me tense en la cama un momento no había tomado casí nada en la fiesta así que no me podía estar alucinando eso ó si, prendí la tele habia unos infomerciales, cambie el canal, una pelicula, un programa de videojuegos, estática… raro por un momento la mire habia unos brincos extraños en la pantalla, pensé que debía ser otro canal que hacia interferencia, cambie de canal de nuevo pero en ningun otro habia algo así, siguiendo mi curiosidad regrese a la estática se habia formado una silueta, subi un poco el volumen se oia un ruido entre toda esa interferencia, senti un poco de miedo eso ya no era normal por donde lo pensara, tome el control de la tele ese ruido se hacia más claro, en mi nerviosismo se me cayo y se le salieron las pilas, una estaba a mis pies y la otra se habia ido bajo la cama, me agache para poder asomarme a ver donde habia quedado, desearía no haberlo hecho, lo que vi era un rostro con las cuencas de los ojos vacíos y una mueca desencajada, seguia escuchando ese ruido de estatica aun incomprensible, me senti paralizada, extendio una putrefacta mano para tratar de tomar la mia, retrocedí y mire la pantalla de la television, lo que antes era estatica habia tomado una forma humanoide que golpeaba con ambas mano hacia el frente como si estuviera dentro del monitor y tratara de salir. Me recupere un poco, mi corazón latia muy rapido, me sali del cuarto mirando la cama, ya no parecia haber nada ahi. baje las escaleras y fui a la cocina encendi la luz, me sente un momento, y trate de asimilar lo que acababa de pasar, luego de un rato ya me sentia más tranquila cuando para desgracia mia hubo un apagón, esto ya era demasiado pense. No me movi, recordé que en el cajon de la alacena habia una vela, fui por ella y la encendi, no se por que me dio por caminar al recibidor fui y pase a sala, puse la vela en la mesita de centro y me recoste un momento en el sillón cerré los ojos un instante, solo un parpadeo y al abrirlos note algo raro en la pared, era como si agua hubiera goteado en la esquina pero no era asi, un liquido viscoso y rojo hasta donde alcance a distinguir con la luz tenue de la vela, de nuevo me levante y note que ya estaba muy alterada, cuando algo me tomo desde atrás los brazos, eran un par de manos asperas y frias, al bajar la mirada vi las mismas manos que intentaron antes detenerme y una voz dentro de mi cabeza se hizo notar “La guardiana de esta casa hoy no se encuentra aqui, así que en su auscencia somos completamente libres…” – Completamente libres???- Dije en voz alta.Las manos no estaban, voltee hacia la pared no habia ni rastro de la sangre que antes habia visto, por inercia voltee y en la entrada de la sala que conecta con la estancia estaban ahi lo que sea que fuesen, algunas atras eran sombras amorfas, otros eran sombras semihumanas, cerrándome la salida, me tape la cara con las manos y comenze a rezar, cerre los ojos lo más fuerte que pude mientras sentia como pasaban junto a mi, incluso uno de esos espectros me toco el hombro, lloraba y rezaba y trataba de ignorar esa ronda macabra que danzaban alrededor mio, segui un rato más hasta que sonó el telefono, abri mis ojos y ya no habia nada, conteste el telfono ¿quien podria llamar a estas horas? -b-bueno? -conteste mi voz se oia algo mal – Tere? hija, llegaste bien? – E-este si, abue ¿que paso?- pregunte tratando de disimular un poco – nada, solo queria decirte que te acordaras de hacer una oración antes de dormir, te hable hace un rato pero no habias llegado todavia, – gracias, abue. Me dio las buenas noches y colgué ya no habia nada ahi, vi luz que venia de la cocina asi que apague la vela, camine y me dirigui a mi cuarto, a tratar de dormir, no sin antes rezar una oración como la que hace la guardiana de esta casa, mi dulce abuela.

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