Sí, sé que cuando lees las letras “MSN” vienen a tu mente las trasnochadas en línea chateando con tus amigos antes de Skype o Facetime o Whatsapp etc… ¿Recuerdas aquellos días tan emocionantes en que fuimos capaces de cambiar nuestra foto de perfil o de enviar emoticonos? Sí, aquello fue divertido. Voy a intentar relatar una experiencia que tuve hace algún tiempo. Tenía aproximadamente 17 años cuando en MSN Messenger se convirtió en una distracción inesperada en mi vida.
Podía hablar con mi novio durante horas, con mis amigos podíamos formar grupos de chat cuando se suponía que debíamos estar estudiando… todos ustedes conocen esa sensación. Bueno, una noche que me quedé despierta chateando con un amiga que llamaremos Debbie. Hablábamos de cómo nos había ido en nuestro día, de algunos programas de televisión, lo de siempre. Aproximadamente a la media noche, ella me dijo que se iba a dormir. Yo respondí que probablemente me quedaría hasta tarde ya que no soy una gran dormilona. Nos despedimos con unas buenas noches y eso fue todo. Una media hora después, recibí un mensaje de Debbie. Ella dijo: “revisa la cerradura”. Mi respuesta fue…
“¿Qué? Creía que estabas dormida”.
“revisa la cerradura”.
“¿De qué demonios estás hablando?”
“revisa la cerradura”.
“Cállate y regresa a la cama”.
Y luego, nada. Pensé que quizá solo estaba un poco somnolienta y había escrito estos mensajes por error. Lo extraño fue cuando salí de casa a la mañana siguiente, mi puerta estaba abierta. Y fue extraño porque SIEMPRE la cierro y la encadeno. Recuerdo haberlo hecho, especialmente porque mis padres estaban de vacaciones. Me vi con Debbie al siguiente día y le pregunté qué demonios me había estado diciendo. Se mostró extrañada y firmemente me sostuvo que no había enviado mensajes mientras yo estaba convencida de que sí lo había hecho, así que fuimos hasta una computadora y me conecté para mostrarle. Para mi sorpresa, los mensajes habían sido eliminados y la conversación había terminado cuando nos dimos las buenas noches. Ella creyó que estaba imaginando cosas, pero yo estaba segura de que esto había sucedido y realmente me estaba volviendo loca tan solo de pensar en ello, pero lo dejé pasar y me dediqué a seguir con mi día.
Más tarde esa noche, regresé a la charla con Debbie en el MSN, de nuevo hablábamos de cosas sin mucha importancia. De la misma forma que la noche anterior me dijo buenas noches y yo me quedé haciendo algo de trabajo. Recibí otro mensaje de su parte aproximadamente 30 minutos después.
“revisa la puerta”.
“Oh, por Dios, ¿qué estás haciendo?”.
“revisa la puerta”.
“Te voy a ignorar a partir de ahora”.
“revisa la puerta”.
Estaba por apagar mi computadora cuando escuché un portazo en la cocina. No solo se había cerrado, sino que fue un golpe realmente fuerte. Aunque esa puerta siempre estaba cerrada. No me avergüenza admitirlo, por poco me cago del miedo. Me quedé inmóvil durante algunos segundos y esperé en silencio por qué no tenía ni la menor idea de lo que estaba sucediendo. Decidí volver a mi computadora para ver si había alguien más en línea porque realmente estaba asustada. Debbíe estaba en línea. Antes de que pudiera escribir, recibí un mensaje…
“revisa las luces”.
“¡QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO! ESTOY MUY ASUSTADA”.
“revisa las luces”.
“revisa las luces”.
Las luces se apagaron. Me quedé sola, sentada en la más absoluta oscuridad recibiendo estos extraños mensajes y pensando en quién había dado ese portazo tan violento hacía unos pocos segundos. No sé si alguna vez has sentido el temor verdadero, el miedo puro al pensar “mi vida está en peligro”. Pensé que el corazón iba salirse de mi pecho. En realidad no podía moverme. La notificación de un mensaje me hizo reaccionar de nuevo…
“revisa la ventana”.
“revisa la ventana”.
“revisa la ventana”.
¿Revisar la ventana? No había maldita forma de que fuera a revisar la ventana. De ninguna manera. Luego, superando a mis fuertes latidos cardiacos, pude escucharlo. Tap, tap, tap… algo golpeaba la ventana. Silenciosa, tranquila y rítmicamente. Estaba sentada en la oscura habitación siendo testigo de todos estos sucesos que se correspondían con los mensajes de Debbie. ¿Podría tratarse de una broma? Era la primera vez que me cruzaba eso por la mente, pero sabía que nadie tenía una llave para abrir la puerta además de mis padres y yo. Entonces, me percaté de algo. El golpeteo en la ventana venía de adentro de la habitación. Notificación de mensaje…
“revisa atrás de ti”.
“revisa atrás de ti”.
“revisa atrás de ti”.
La respiración. La respiración pesada y el hedor es lo único que puedo recordar antes de desmayarme. Los dientes quizá, aunque tal vez esos los imaginé.
Mis padres regresaron al día siguiente después de enterarse que me encontraba en el hospital tras haber sido atacada en mi propia casa. Mi novio vino a verme a la hora de la comida después de que falté a la escuela por la mañana y me vio tendida en el suelo a través de la ventana. La policía no encontró evidencia alguna de entrada forzada, cero rastros de ADN, ni huellas dactilares en las ventanas y jamás pudieron recuperar los mensajes que “Debbie” me había mandado en MSN. vía Reddit
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