Etiquetas

lunes, 9 de febrero de 2015

Un pueblo generoso


Sebastián había creado el pueblo de la nueva humildad "somos las personas que te ayudarían a enterrar un cadáver" era su dicho mientras ponía la bandera blanca y negra en el mástil del ayuntamiento.

Todos los días el pueblo de 30 habitantes se sentaba a comer en la mesa comunitaria, Sebastián le coqueteaba a las esposas de todos los hombres generosos. Los hombres no tenían problema con compartir a sus mujeres.

Las casas eran las casas de todos, los perros eran los perros de todos, los hijos eran los hijos de todos. Así funcionaba el pueblo de la nueva humildad, nadie tenia derecho al "yo", siempre era "el pueblo" y siempre Sebastián los representaba.

El pueblo estaba unido para todo,

No hay comentarios. :

Publicar un comentario