Durante el mandato de Maurice Duplessis, Primer Ministro de
Quebec, en la década de 1940 y 1950 un número alarmante de niños completamente
sanos, que vivían en orfanatos, fueron diagnosticados como personas mentalmente
incompetentes, clasificados como pacientes psicóticos. La razón?, una sagaz
planificación fiscal para poder obtener más ayudas.
Nacidos fuera del matrimonio y considerados “niños del
pecado“, miles de niños de Quebec quedaron aislados de la sociedad y enviados a
orfanatos durante el periodo de mandato de Duplessis.
En cooperación con la iglesia Católica, el primer Ministro
elaboró un plan para obtener fondos federales en beneficio de miles de niños,
la mayoría de ellos habían quedado huérfanos a través de su abandono por una
madre soltera.
En algunos casos, las ayudas llegaban en beneficio de estos,
en cambio en otros casos, aun llegando las ayudas, los niños
incomprensiblemente eran enviados desde los orfanatos a los manicomios. Su diagnostico:
niños psicóticos.
Algunos de estos niños que supuestamente sufrieron
lobotomías, electrochoques, habituales camisas de fuerza y abusos, quedó
grabada en sus mentes una terrible infancia tratados como verdaderos enfermos
mentales difícil de digerir y olvidar.
Años más tarde, después que estos espantosos manicomios
fueron cerrados, los niños que habían conseguido sobrevivir a estas terribles
torturas, se convirtieron en adultos, comenzaron a relatar los malos tratos y
abusos sexuales que se vieron obligados a soportar a manos de los psiquiatras,
los sacerdotes, monjas y los administradores de los centros.
En 1990, 3000 sobrevivientes formaron un gran grupo para
iniciar una campaña, se llamaban así mismos, “los huérfanos de Duplessis“,
reivindicando al gobierno como responsable de su difícil vida. Además de la
responsabilidad del gobierno y la iglesia, también se vio implicado el colegio
de médicos de Quebec, tras encontrar algunos de los huérfanos copias de sus registros
médicos que se habían falsificado.
Unos niños completamente sanos que fueron etiquetados como
deficientes mentales sometidos a una variedad de experimentos médicos. Unas
personas que en su madurez no tienen ni estudios ni educación por haber sido
privados de una infancia digna como la de cualquier niño. El gobierno de Quebec
ofreció unas ridículas indemnizaciones pero estas no incluyen compensación
alguna para las victimas de abuso sexual o de otro índole. Increíble pero
cierto
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