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jueves, 19 de septiembre de 2013

#285 -The Holder of Blasphemy / El Holder de la Blasfemia


Es altamente recomendable que ya hayas completado cualquier búsqueda de Objetos que implique ir a iglesias, templos o cualquier lugar sagrado. Porque si completas esta prueba antes de las anteriormente mencionadas, ya no serás bienvenido en ningún lugar sagrado nunca más. Y si un Holder se encuentra en ese lugar, entonces todo lo que harás será volver iracundos a sus guardianes.

En cualquier ciudad, en cualquier país, conduce hacia cualquier iglesia que puedas encontrar en un día soleado sin nubes que no sea un Domingo. No necesitas ir en auto, pero te servirá para acelerar tu escape. Busca a un hombre joven con un paraguas que esté sentado con las piernas cruzadas a las afueras de la iglesia, soplando burbujas desde una botella pequeña.

Camina hacia el hombre y siéntate a su lado. Espera hasta que esté a punto de soplar burbujas, y entonces dile: “Deseo ver a The Holder of Blasphemy“. Si estás en el lugar correcto, él debería volverse hacia ti, con la varita de burbujas todavía en la mano, colocándola frente a tu rostro.

Si te sopla las burbujas, ve a tu auto y vete de la ciudad tan rápido como puedas. No regreses en un año, ya que saben tu nombre y conocen tu rostro ahora, después de haberte visto a través de las burbujas.

Si te mira por un momento y deja la varita, entonces piensa que eres digno. Él quitará el seguro de las puertas de la iglesia y te permitirá entrar, guiándote hacia el púlpito y lo empujará, revelando una trampilla que abrirá para ti. No entres aún. Él se irá, dejándote solo. Espera a que cierre las puertas y las bloquee, entonces rápidamente baja por las escaleras dentro, asegurándote de cerrar la puerta tras de ti. Las criaturas más allá de la trampilla desprecian la luz.

Bajarás lo que parecerán horas en total oscuridad. Mientras bajas, cada peldaño será cada vez más pegajoso, y sentirás una sustancia viscosa y húmeda escurrir sobre ti. Ignora esta sensación, pues no son más que los restos de los que nunca llegaron a la parte inferior. Si oyes el sonido de una mujer riendo de forma demencial, grita con la voz más fuerte que tengas: “¡Yo no estoy aquí por tu placer! ¡Tú estás aquí por el mío!”.

Si la risa se vuelve más intensa, haz cualquier cosa para suicidarte antes que la fuente de la voz te alcance. Hagas lo que hagas, será menos agonizante que lo que la criatura te hará por toda la eternidad.

Si la risa se detiene, continúa.

Eventualmente llegarás al fondo de la escalera. Una solitaria lámpara de mesa se encenderá, revelando un pequeño escritorio con una biblia y algunos fósforos sobre ella, y una pequeña pira cerca de una puerta, la cual parece media escondida por la sombra. Usa los fósforos para encender la pira y quemar la biblia, iluminando el resto de la puerta. Una llave aparecerá entre las cenizas de la biblia. Tómala y sácala de la pira con las pinzas proporcionadas para ti. Podrás esperar hasta que se enfríe antes de usarla en la puerta, si quieres.

Te encontrarás en un templo pródigo, lleno de símbolos religiosos, altares y estatuas de dioses y diosas. Las mesas estarán llenas de comidas y bebidas exquisitas, todo lo que siempre quisiste probar y con degustaciones que nunca antes has probado. Cada persona, hombre, mujer o infante con el que hayas tenido una fantasía erótica, sea éste real o ficticio, también estará allí, tentándote a que te les unas, usando cada estrategia posible para desviarte del camino. Encontrarás que tus deseos y tu hambre comienzan a abrumarte, y querrás ceder. No lo hagas, pues es un mero truco. Quédate en el camino dorado en el centro y no te dejes desviar, pues si lo haces la criaturas revelarán su verdadera nauraleza, y violarán tu cuerpo y tu alma para su placer en incesante agonía hasta el fin de los tiempos. Hazte a un lado si es necesario, incluso ataca físicamente. Sólo no permitas que te quiten del camino.

Ve por allí hasta que llegues a unas escaleras de oro. Súbelas hasta que encuentres a un hombre vestido elegantemente de una túnica sacerdotal en un trono adornado. Él es el Holder. Si está sentado en su trono, entonces cierra los ojos y reza porque el fin que te provea sea rápido.

Si está de pie, te ofrecerá una oportunidad de sentarte. Hazlo, pues será una de las únicas veces donde tendrás algo de descanso en tu búsqueda. Será la silla más confortable en la que te hayas sentado. Tan pronto como te sientes, pregúntale: ¿Qué se ha hecho en Su nombre? Si no fuiste lo suficientemente rápido, el Holder tomará un cuchillo para sacrificios y te despedazará de una forma lenta y agonizante, con tu cuerpo y alma usados en un blasfemo ritual dedicado a Él una y otra vez.

Si lo hiciste bien, el Holder comenzará a hablar en una voz como un pergamino envejecido, y te explicará, en gráficos detalles, cada hórrido acto que haya sido cometido en el nombre de un dios o demonio. Cada violación, cada genocidio, cada acto de crueldad que haya sido cometida por razones religiosas será explicado. Y entonces el Holder explicará la verdad tras cada acto de blasfemia, y por qué los dioses de los antiguos panteones ya no aparecen. Muchos enloquecen ante esta verdad, la revelación de lo que los humanos han hecho a sus propios dioses ha resultado ser demasiada para soportarla. Algunos tratan de suicidarse, o en su locura se lanzan a las criaturas de abajo. Mantén tu cordura a través de todo eso, no muestres revulsión o miedo de ninguna forma. Si lo logras, el Holder parecerá impresionado, y te hará una pregunta: “¿No temes el juicio de los Cielos?”

La única respuesta correcta es la siguiente: “Yo no estaría en esta búsqueda si así fuera”.

Si el Holder te cree, el camino dorado se expandirá hasta cubrir completamente el piso del templo. Podrás complacer tus deseos con las criaturas que te tentaron recientemente. Siéntete libre de hacerlo, pues estarás seguro de interactuar con tu entorno ahora. La comida y bebida será segura, así que sé libre de disfrutarlas tanto como quieras.

Ocasionalmente, el Holder tendrá tu atención y te llevará ante alguna de las estatuas o símbolos religiosos. Es absolutamente necesario que hagas algo para profanar la estatua de algún modo en este punto, incluso algo tan simple como destruirla, de lo contrario, el piso de oro se desvanecerá y no hay nada que pueda salvarte de los horrores que te esperan.

Una vez todas las estatuas y símbolos hayan sido profanados, el Holder te pedirá que te retires por la puerta por donde entraste. No te quejes, sólo tienes que dejar de hacer lo que estabas haciendo y salir. Antes que te vayas, él preguntará si deseas quedarte y continuar experimentando en el lugar. Di que no. Si dices que sí, serás torturado completamente hasta que seas exactamente como uno de los seres tentadores que te estaban seduciendo con anterioridad.

Una vez pases por la puerta, serás cegado por una brillante luz. Cierra tus ojos y sigue caminando hacia adelante. Podrás abrirlos cuando sientas que te encuentras con alguien. Será el hombre joven que viste en el comienzo de tu búsqueda, recién terminando de cerrar las puertas de la iglesia. Si lo miras ahora, verás que se parece a una versión más joven del Holder. Estará sorprendido de verte de nuevo, te felicitará por tu éxito y se irá, silbando. Busca en tu bolsillo, y encontrarás el frasco de burbujas que él tenía antes. Nunca se acabará la solución de sus burbujas.

El frasco y la varita juntos son el Objeto 285 de 538. Los cielos han vuelto sus ojos en ti.

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