A medida que asimilas esto, no te muevas. Estarás en la torre de suspensión sur (estarás en un puente de suspensión como el Golden Gate). Si esperas, una calzada de un material oceánico y rígido a la deriva se formará frente a ti. Te llevará a la torre de suspensión norte. Ve por el camino que se te ha creado, y no te caigas, pues cuando toques la superficie del agua, un repentino y brillante rayo te golpeará, privándote de toda sensación, excepto de la habilidad de sentir el insoportable dolor asaltando tu cuerpo por todos los tramos de la eternidad. Si logras llegar al otro lado, serás recibido por una figura alta vestida con un traje militar azul que nunca has visto. Su largo cabello crepita con la electricidad estática mientras el viento sople, pero será perfectamente suave. Su raza no puede ser determinada; su voz no da pistas. Sólo hay tres cosas que notarás al verlo; las tres espadas que lleva enfundadas, una en su pierna derecha, otra en su pierna izquierda, y la otra en su espalda.
Una vez lo veas, él se dará cuenta de tu presencia, y preguntará gentilmente: “¿Puedo ayudarte?” No te dejes engañar por sus modales, pues otra respuesta a la que debes darle resultará en él desenfundando la espada que lleva en su espalda, apuntándola en el aire, y un masivo trueno infligiéndote un dolor como ningún otro. Si haces la pregunta correcta, la cual es: ¿Qué eres tú? ¿Y eres amigo o enemigo?
Su rostro, mostrando una pequeña sonrisa, luego se tornará en una muy amplia. Te contará sus orígenes, su nombre, su vasallaje, y su influencia en esta Tierra. Una vez haya terminado, preguntará: “¿Hay algo más?” Di que si, y responde: “La ayuda de tu espada, por favor”. Si puedes arreglártelas para decirlo de una forma agradable, sin gritar o murmurar, él se reirá cordialmente, y soltará el broche que sujeta la espalda en su costado derecho. Luego dejará una rodilla en el suelo, y presentará su espada. Tómala, y luego pregúntale si puede titularte como caballero con la espada que lleva en su espalda. Él estará de acuerdo, y te pedirá que hagas lo que te diga. Sigue sus instrucciones, y cuando su espada toque tu hombro, perderás la consciencia. Despertarás con la espada que te dio, en el último lugar donde estuviste seguro. Deberás repetir esto una segunda vez, donde ahora te dará la espada de su costado izquierdo, y luego de titularte como caballero otra vez, dirá: “Podrás venir a conversar conmigo las veces que quieras, pero nunca preguntes por esta última espada”. Si regresas para preguntarle por ella, él la desenvainará y te atacará con una salvaje mirada de desprecio en su rostro.
Las espadas que te han sido dadas son el Objeto 270 de 538. La primera te dará el poder de rivalizar con los de La Cuchilla, y la segunda te dará el poder de llamar al mismo trueno que el Holder para atacar a un enemigo por mes, destruyéndolo completamente.
Usa la segunda espada más de una vez por mes, y sentirás la furia del Holder.
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