No sé cómo empezó todo, pero sé muy bien que todavía esa criatura viene desde el infierno y no cabe duda que no piensa marcharse.
Fue aquel día treinta del mes de abril. El parque de la ciudad había sido asaltado por una gran cantidad de niños quienes se divertían en demasía, mientras que algunas escuelas aledañas comenzaron a cerrar debido a la festividad que representaba el día. El parque parecía muy buena opción para traer a mi hija por lo que, una vez que estábamos allí, se me había despegado de mí para comenzar a jugar con el resbaladero.
Viéndola llena de felicidad, de vida, de tanta alegría al igual que los demás niños con quienes jugaban en dulce compañía, me llenaba de dicha. La más terrible de las preocupaciones no profanaba el clima ni evocaba ninguna perturbación. El feliz cuadro fue repentinamente irrumpido por la aguda sirena de una patrulla a la cual, sin siquiera notarla, se había estacionado muy cerca del pequeño parque. Mientras a uno de los padres de familia le había encargado a mi pequeña, me acerqué al oficial quien estaba charlando con otros padres de familia. Éste reportaba la desaparición de un pequeño en un cementerio cercano.
La sugestión pudo más que mi temple, por lo que miré el reloj y vi que eran las 9:30p.m.
Llegué con mi hija y le dije que nos teníamos que retirar a casa, a lo que ella extrañamente asintió sin queja alguna. Por el contrario, lo que su rostro alguna vez estuvo adornado de una centellante sonrisa de felicidad, en algún momento había ocurrido una metamorfosis en él. Ella estaba sumamente pensativa, observando detrás suyo, encarando a un objeto desconocido que era invisible para mí. Sabía que ella estaba aterrada, pero no quería decírmelo. Ella sólo deseaba que nos fuéramos y nada más.
En el camino, ella no dejaba de apretarme la mano. No quería que ella se guardara esa preocupación que tanto la alteraba, por lo que al preguntarle lo que le pasaba dudó en responderme. Finalmente, se decidó y me reveló que en el parque había visto a un ángel negro y que tenía miedo de él porque sus manos estaban rematadas por garras negras, mismas que estaban empapadas de sangre.
No dejaba de culparme por lo ocurrido la noche de ese día. ¡Sabía que debí haber asegurado el cerrojo de la puerta! Pero, ¿cómo? ¿Cómo podría saberlo? ¿Cómo podría saber lo que ocurriría? Mi hija decía que esa... esa cosa... que esa cosa nos había estado siguiendo todo el camino. Que "Dark angel", como decía que así se llamaba, se mantenía cerca de nosotros. Nos seguía... nos acechaba... nos observaba con suma cautela.
En aquel momento, mi curiosidad había crecido al instante. ¿"Dark angel"?, le había preguntado a mi pequeña. Había querido preguntarle de dónde había sacado ese nombre pero, al verla tan terriblemente asustada, preferí no hacerlo y me quedé en su cuarto hasta que se durmiera.
Dark angel...
Dark angel...
Impulsado por ese nombre, me dispuse a investigarlo. Mi búsqueda parecía infructuosa y con el pasar de las horas, finalmente dí con un artículo de una página de internet.
Había tardado mucho en cargar y creí que se trataba de posibles videos o animaciones que estuviesen colgadas en el sitio. No obstante, para mi sorpresa, el sitio consistía en una decenas de enlaces que llevaban a otras páginas más. Entre ellas, se encontraba un enlace llamado Malaj Hafel, mismo que mostró una serie de símbolos que no pude decifrar.
Se trataba de una lengua poco común, quizás árabe o hebreo.
Decidí traducirlo y el artículo que me mostró fue el siguiente:מלאך אפל
Malaj Hafel
Malaj Hafel, también conocido como Dark Angel, es una presencia malvada, de alto rango; que proviene del sexto círculo del infierno. Esta entidad monstruosa posee la forma de un ángel totalmente negro, quien lleva rematadas en sus manos largas garras con las que destaza a sus ofrendas o a sus presas. Así mismo, lleva un par de oscuras alas gigantes con las que, su sólo batir de alas, son capaces de elevar gélidas ráfagas de aire. No obstante, quizás lo peor de este ente malévolo es su rostro... una parodia bizarra, blasfema, repleta de carne pulposa y deforme que muestra una pícara y malévola mandíbula que erige una sonrisa misma que, a pesar de las obscenas y erráticas formaciones en el rostro de éste, se encuentra rematado de un par de ojos bermejos e inexpresivos.
No podía dejar de pensar en todo esto. Pensaba que todo eso se trataba de sólo coincidencias y nada más. Intentaba sujetarme a la ingenua idea de que los niños solían hacerse de amigos imaginarios, esto sólo cuando se sentían solos y necesitaban la compañía de alguien más. Antes de que se durmiera, mi hija insistía en que este "Dark angel" esperaba el momento oportuno para llevársela. Mis nervios se habían quebrado al notar que la electricidad se ausentó repentinamente. Había escuchado un poderoso golpe que venía de la habitación de mi hija en el momento justo del apagón.
Sospeché lo peor.
Había corrido como alma que lleva el diablo y recuerdo que golpeé la puerta con toda la fuerza que tenía.
Había logrado abrirla al instante.
Y mientras me sentía aliviado conmigo mismo al poder acceder a la habitación de mi pequeña con éxito, caí de rodillas al suelo.
Había sentido que mis fuerzas menguaban tan pronto como vi la destrozada ventana del cuarto...
... tan pronto como las sábanas de la cama estaban hechas tiras manchadas de pastosos pedazos de sangre y coágulos.
...tan pronto como supe que, allá por el cielo oscuro cubierto de diabólicas nubes, volaba mi hija gritando, suplicando, completamente histérica y presa de aquella monstruosidad infernal.
"Dark angel".
Reportan 7 desapariciones en un complejo de departamentos simultáneamente. Las victimas son niños, según los padres notifican que el secuestrador es un angel negro. La policia menciona que las investigaciones que rodean al paradero del supuesto "dark angel" está curso.
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