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jueves, 22 de mayo de 2014

Utopía.


La puerta se cerró en mi espalda con un ruido seco que perturbó mi mirada. Me asomé mientras mi mano tiembla pero no había nada, vuelvo la vista hacia adelante y todo sigue siendo lo mismo. El cambio no se percibe a simple vista. Hace un tiempo que tengo estos síntomas y nadie se percató de mi estado, el sofoque permanente, la histeria y el dolor. Ni vos misma lo notas, la enfermedad recorre mis venas llegando con fuerza a mi mente; mis ojos se enrojecen, se dilatan y explotan en lagrimas que no alivian el dolor. ¿Qué dolor? No existe el dolor. 
Suspiro profundamente sonriendo del susto recién pegado, me siento en la orilla de la cama apoyando mis codos en mis rodillas y con mis manos sostengo la cabeza que mira el piso. 
- ¿Por qué? ¿Qué habré hecho para estar así? Tuve muchos errores pero creo haber pagado lo suficiente… Déjame en paz. 
Nada más cómodo para una mente estresada que el abrigo de la cama, mirar el techo y soñar con que mañana cuando te levantes todo se va a arreglar por gracia divina. Eso nunca pasa; Por algún motivo el destino siempre se empeña en poner obstáculos. Leí por ahí que el sentido de todas las adversidades que la vida nos pone es para lograr un desenvolvimiento y evolución. ¿Qué evolución? ¿Qué desenvolvimiento? No leí todo el libro, y ahora no lo encuentro asi que me quedare con esta incógnita. Entonces los pobres diablos que se suicidan ante alguna adversidad son unos pobres chiquilines inmaduros que no valoran la vida en sí. No me considero una persona así. 
Desde que tengo memoria de mi uso de razón me pase buscando “la libertad”. Nunca me gustó las trabas ni las opiniones ni que quieran manejar mi vida, y puedo dar fe que la conseguí. Me considero una persona libre dentro de los parámetros de una sociedad como esta tan apresurada, me siento feliz de poder parar mi reloj cuando tengo ganas, poder fumar un cigarro, tirar la colilla al piso y seguir con mis cosas. NO voy a negar que es algo que lleva su tiempo, es duro y hay muchos obstáculos e incomprensiones para llegar a una “libertad”. 
Considero haber logrado llegar a esta libertad mencionada, pero ahora que la tengo y que la disfruté en todos o casi todos los sentidos, me encontré con que me volví un esclavo de la libertad y eso me sofoca. Después de tanta libertad me cansé de ella. Ahí está la respuesta. El hombre nunca se conforma, explota algo y cuando se cansa de ello lo desecha y ya no lo valora, quiere otra cosa que no está a su alcance. 
Mi techo es horrible. ¿Qué es lo que necesito? ¿Qué es eso que satisfaga mis necesidades? No creo que sea eso. No es un remedio, me niego a creerlo. 
Es admirable la cantidad de posiciones en las que se puede colocar uno en una cama de 2 plazas. Me coloqué en todas, y es mucho más admirable que ninguna me resultó cómoda. Al final me coloqué de costado mirando hacia la pared abrazando una almohada (no estaba del todo cómodo pero dentro de todo era la más apropiada), las preguntas siguieron taladrando mi cabeza. No es una opción un psicólogo, hay mas psicólogos que electricistas en esta nación la verdad que eso no me genera confianza; aparte, una persona que se dedica a solucionar los desarreglos mentales de una persona ¿no tiene desarreglos mentales el también? Si es parte de la misma sociedad que destruye a las personas, no me generan mucha confianza. Se me ocurre recurrir al oído de algún amigo, lastima ya lo hice y ninguno me aportó una solución; cabe agregar que tampoco me expresé bien y dudo que alguien me haya comprendido. Mi enfermedad es más complicada de lo que parece. 
¡La puta madre! Se cayó la frazada. Quise ponerle fecha, tres meses y contando, pero el problema viene desde antes, desde que me metí esa idea pelotuda de querer amar a alguien (acá es donde le pongo el titulo al texto) cuando empecé a buscar desesperadamente alguien para amar y me encontré con una y otra mentira. Encontré solo relaciones superficiales y ningún soñador, hablan del amor siendo unos ignorantes en el tema. Me encontré con una mentira, con que ese amor que estaba buscando es una utopía, una fantasía de la que todos hablan y nadie conoce, tal cual como la Atlántida o algún tesoro de esos perdidos en el mar que inventan en los cuentos. 
Debería pintar las paredes. Pero entonces después de haber fracasado tantas veces ¿Por qué sigo insistiendo con esto? ¿Por qué sigo buscando algo que la experiencia me demostró varias veces que no existe? ¿Por qué no me doy por vencido? La necesidad es muy grande y a veces los ojos se cierran, caminas despacio con los ojos cerrados empesas a convierta a liberarte a empezar a correr creyendo que dominaste tus sentidos, pero te olvidas que estas ciego y te chocas con una pared tan dura que en vez de aprender de ese golpe, te descompone y te atrofia la cabeza más. Podría ser una explicación a mi enfermedad. Tal vez es un tumor producto de los golpes que me di por buscar el amor. Tendría que ir a un doctor para comprobar si es eso pero la verdad no tengo ganas. 
Me inclino boca abajo con un almohadón en el pecho. ¿Por qué por que por qué y por qué? Mi conciencia me pide explicaciones como un niño. La verdad no hay una respuesta lógica para esto. Cuando una persona se pone algo en la cabeza y es una meta en su vida no va a descansar hasta conseguirlo o morir en el intento. No sé qué tan cerca de esos dos extremos estoy. Lo que sí se es que esta idea loca de encontrar este amor utópico me va a seguir teniendo enfermo. ¿La cura? Ya sabemos, encontrarlo o al menos algo que se le parezca. 
Al final de cuentas termino como al principio, mirando el techo. Lo más loco de esto es que hay algo que cambió, mi corazón se fue con ella y ya no volverá a ser el mismo. 

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